google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Sobre la existencia de La Habana

jueves, 8 de octubre de 2009

Sobre la existencia de La Habana

por Lizabel Mónica

Habrá otra ciudad, y permanecerán apenas los recuerdos de La Habana de Lezama, o la de Labrador Ruiz, o la de Cabrera Infante. De La Habana de Reinaldo Arenas. De la de ahora, la nuestra, lo que quedan son rastros que van desapareciendo, asiéndose a la muerte, a los escombros. A menos que huellas, a menos que recuerdos, puesto que un recuerdo que permanece vivo demasiado tiempo, desintegrándose ante nuestros ojos, termina por morir, abruptamente, pulverizándose, como nosotros terminamos por esperar su muerte.

El cuerpo físico de la capital —o su remembranza, su reinvención desesperada—, tan cercano que nos define, está en sus últimos días. Convaleciente y cenizo. Seco. Queremos estar cerca de él hasta el minuto final, será nuestra condición hasta que desaparezca. Antes lo fue también, pero era una condición de apoyo, de identidad, de refugio y de hogar. Ahora es una condición de pérdida, de tiempo muerto, de espera, de redefinición. Y también de escasez, de impotencia para mantener la vida, de impotencia ante los poderes para los cuales somos víctimas sin defensa.

Cuando ese recuerdo desaparezca, como estaríamos esperando—a pesar de nuestra fidelidad delirante, que cada vez tenemos que exagerar más para ocultarnos la desilusión inconfesable, el miedo inconfesable al vacío—, respiraremos aliviados por la ausencia de una imagen que fue demasiado intensa, una imagen de agonía que era nuestra imagen, nuestra representación.

La Habana de Lezama ya no es la misma. La Habana no es la misma. Quedan sus recuerdos. Pero las paredes de éstos hace mucho que son grises e inseguras. La imagen risible y lastimosa de lo que ya no serán, la certeza de la caída inmediata y definitiva de lo que… ¿son?

Y entonces me asalta una duda: esa Habana que nos hacen admirar, que admiramos y hacemos admirar, es de dudosa existencia. Es, claro está, un simulacro... ¿Es que hay alguna Habana que pueda considerarse real, que pueda agarrarse como una estructura sólida desde alguna nostálgica o mitómana-fantasofrénica esquina? ¿Es que La Habana existe?

Meloni: ¿Oportunista o fanática?

  Carlos Alberto Montaner En los años 1959, 60 y 61 se referían en Cuba a los “melones políticos” como alguien que era verde por fuera y roj...