por Antonio Ramos Zúñiga Parece que tendremos un seguro de salud que cubriría a la mayoría de los ciudadanos de Estados Unidos. Esto humaniza a este gran país. El sueño americano es más que ser propietario de una casa, es también vivir tranquilo, con libertades y protecciones colectivas, y tener una jubilación justa y decente: son metas que se van cumpliendo. Por razones políticas, partidistas, filosóficas y por la siempre presente impostura, la manipulación y la ambición de los intereses especiales, y la posición de algunos que tienen dinero o un medicare y no les importa, hay una desmesurada tendencia en contra. Pero el Congreso acaba de dar el primer paso hacia el engrandecimiento de la nación. Estados Unidos es acusado de ser un país de ciudadanos desprotegidos y gobiernos insensibles, tenemos un vergonzoso bajo índice de seguridad médica así como las medicinas y los servicios médicos más caros del mundo. Si no tienes seguro de salud no cuentas.
Paradójicamente, millones de norteamericanos –que viven en la primera potencia mundial-- padecen de las tensiones que origina no tener cobertura médica, y los hay con dinero que por tener condiciones preexistentes no pueden conseguir un buen seguro. Está reconocido en el mundo que esta realidad es una anomalía social, una alienación, para un país que tiene tantos recursos. Se argumenta que habrá gastos e impuestos, que los propios beneficiarios tendrán que pagar su parte de algún modo, etcétera. Pero, ¿cómo todas las economías y naciones poderosas y civilizadas del mundo lo hacen? Pues implementando una buena política. ¿Cómo lo hará Estados Unidos? Pues, obvio, haciendo lo mismo, pero mejor hecho. Gastando en el más noble de los derechos: la salud.
Parte de la nueva ley es que paguen más los ricos. O sea, hay que buscar fórmulas para arreglar el aspecto de la inversión y gastos, pero es inconsistente defender lo económico por encima de un derecho humano que es reclamado y necesitado por la mayoría. Por supuesto, los enemigos ideológicos de este país, de dentro y de afuera, tendrán menos argumentos para criticarlo, pues tenemos derechos civiles, un presidente negro, libertad, seguridad social y ahora protección médica. El mejor regalo para los norteamericanos de clase media, para los trabajadores y los pobres, será sin duda la noticia de que existirá una cobertura médica para todos, otra meta cumplida del sueño americano.
