José Ramón Morales visualiza dos variantes de mano de obra en una Cuba futura, en su blog Cuba Española:a) Como país independiente, lo más probable es que haya una gran inmigración de fuerza laboral procedente de Centro y Sudamérica. Esto traería el surgimiento de una etnia cubana a través de sus descendientes. Lo bueno es que ellos se reproducen rápido y en grandes cantidades. Puede ser una gran oportunidad a través de los hijos nacidos en Cuba, de recuperar la presencia del indio cubano que tantos añoran, aunque no sea el autóctono, sino una réplica traída de América, pero que no difiere mucho de cómo serían los indígenas cubanos de no haber desaparecidos tras la colonización. También nos enriqueceríamos muchísimo con la gastronomía y costumbres indígenas. Vendrían las pupusas, las arepas, el gallo pinto, las tres leches, la corvina, etcétera. Lo único malo es que muchos, al ser muy pobres, se convertirían en mano de obra barata, y eso hace que los nacionales sólo consigan trabajos con salarios muy bajos.
b) Como Comunidad Autónoma de España, la mano de obra mayoritariamente sería de españoles, y sus hijos serían como nosotros, con la misma cultura. También habría una inmigración de diferentes países de la Unión Europea, pues es parte del contrato. También los cubanos tendrían derecho de trabajar legalmente en cualquiera de los 27 países que la componen. Habría una españolización en la isla y también nos enriquecerían las diferentes culturas europeas que irían a trabajar y repoblarla. Lo malo es que la presencia de inmigrantes indígenas de Latinoamérica sería menor y muchos vendrían directo de España a Cuba, por lo que el nuevo indio cubano estaría en minoría, aunque de todas formas tendríamos a esos que tanto añoran muchos cubanos patriotas. Lo bueno de esta inmigración, además de ser la de nuestros hermanos españoles, es que esas personas van a exigir un salario decoroso y eso hace que los cubanos-españoles también puedan disfrutar de esos salarios.
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