“Lo que para usted, para mí (nada erudita) y para los comunes usuarios del lenguaje “no es tan grave”, sí lo es para un escritor que se supone un profesional de su uso. Trivializar errores de esta magnitud [se refiere al uso de la frase “Antes que nada”] desde la posición de quienes están llamados a corregirlos y estimularnos a evitarlos, es no sólo irrespetar el idioma, sino reducir al escritor a una categoría de fontanero de la comunicación. Ya anda por ahí Granados destupiendo cloacas blogueras con su hisopo cantinflero y lo que hace es percudir la comunicación humana. Atrás van Añel y otros tirapiedras literarios de “ropa vieja y tostones” a reírle las gracias porque ellos ni siquiera han leído lo que Granados ha masticado pero no ha podido tragarse. Mira que asombrarse de una parodia tan burda como esa de “La insoportable… bla, bla, bla”. Creo que está bien que lo hayan criticado y si persiste en su ceguera será que no merecen más”.
Anónimo en Fernandina de Jagua