por José Luis Sito
La “choucroute de la concreta” es también una estrategia de la lucha anticastrista. Una lucha, como puede comprobarse, terriblemente peligrosa y audaz.
Temo que muy pocos puedan emplear esta estrategia de zampones. Por lo menos en Cuba no creo que Martha Beatriz Roque, Darsi Ferrer o los artistas de Omni-Zona Franca puedan aplicarla. Pero es que hay estrategias anticastristas que sólo pueden aplicarlas aquellos que las crean, porque están inventadas en función de sus intereses personales, para zampar a cuenta de los olvidados (ver Los olvidados, la película de Luis Buñuel).
Pero no solamente eso: hay que interrogarse sobre la necesidad y utilidad, para estos anticastristas, de que desaparezca el castrismo, porque están viviendo de él. O sea, estas estrategias son en última instancia las que les permiten zampar tan acomodados. Sin castrismo no hay estrategias, sin estrategias los libros no se venderían y sin las ventas de libros sobre aquella nada cotidiana no habría zampadas, ni invitaciones a dar charlas, ni billetes de avión gratis, ni billetes a secas. La industria del anticastrismo se agotaría para estos anticastristas, todos ellos amiguetes y compinches.
Estos anticastristas saltaron muy confortablemente de la nada cotidiana a la zampada cotidiana. ¿Y todavía se preguntan algunos por qué el castrismo sigue vivito y coleando? Por favor, no hagan preguntas tontas.