google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Miami o la séptima provincia (II)

sábado, 12 de diciembre de 2009

Miami o la séptima provincia (II)

por Armando de Armas

Miami es cubano. No se tiene ni idea de cuán verdadero puede llegar a ser ese exagerado lugar común hasta que se le visita, aunque en honor a la precisión hay que añadir que Miami es cada vez más un conglomerado cosmopolita donde conviven, sin mezclarse, múltiples nacionalidades, mayormente centro y suramericanas. Hay que decir también que el cacareado Melting Pot de la sociedad norteamericana muestra su más rotundo fracaso en Miami. Culpables de esto son los obcecados cubanos que después de medio siglo de exilio se niegan a integrarse plenamente (excepto para lo que les conviene) a la cultura anglo. Lo que ha permitido a otros grupos conservar su cultura y sus costumbres y no tener que hablar inglés para trabajar, e inclusive para prosperar, en Estados Unidos.

Desde mediados de los años ochenta los alcaldes de Hialeah, West Miami y numerosos municipios menores eran cubanos, además de que en la legislatura estatal de la Florida había ya desde esa época diez cubanoamericanos instalados. Al presente, la mayoría de los alcaldes de las más importantes de las numerosas ciudades del condado Miami-Dade son de origen cubano; así, el alcalde fuerte del condado, Carlos Álvarez, es de origen isleño, mientras que tres cubanoamericanos de Miami, Ileana Ros-Lehtinen, Lincoln Díaz-Balart y Mario Díaz-Balart, son miembros del Congreso de Estados Unidos. Por no hablar de que un gran por ciento de concejales, policías, bomberos y funcionarios en general de las municipales de Miami-Dade provienen de la isla.

Con el apoyo de la fuerza política originada en Miami, en Washington hubo hasta hace poco dos senadores cubanoamericanos: Mel Martínez –quien recientemente declino—, de Orlando, y Bob Menéndez, de New Jersey, que continúa en funciones. Además del legislador federal Albio Sires, también de New Jersey, y de quien fuera secretario de Comercio de Estados Unidos hasta 2008, Carlos Gutiérrez. Debe destacarse, por otra parte, que el electorado cubanoestadounidense jugó un papel clave en las elecciones presidenciales que llevaron a los dos mandatos del presidente George W. Bush.

En Miami se encuentra la cuarta universidad más grande del país, la Florida International University, FIU, cuyo rector en los últimos 23 años fue el cubano Modesto Maidique. Miami cuenta con tres eventos culturales de índole internacional, donde los hispanos, y fundamentalmente los cubanos, tienen un peso importantísimo: La Feria Internacional del Libro de Miami, el Festival Internacional de Teatro Hispano y el Festival Internacional de Cine de Miami.

El Penclub Internacional de Londres cuenta con un capítulo en la ciudad de Miami, el Penclub de Escritores Cubanos Exiliados, con un aproximado de setenta miembros. Como se sabrá, y acorde con las directrices de Londres, para ser miembro del PEN se requiere tener al menos dos libros de cierto renombre publicados.

En Miami murieron los escritores Eugenio Florit, Lydia Cabrera, Enrique Labrador Ruíz y Carlos Montenegro, y aquí vivió intermitentemente, odiándola y queriéndola, el maldito Reinaldo Arenas. En un asilo miamense se reventó la cabeza de un disparo de pistola el narrador Guillermo Rosales, y desde este enclave surfloridano se fueron al otro barrio los novelistas Carlos Victoria y Reynaldo Bragado Bretaña. Todos ellos un día brutalmente deyectados de la isla, prófugos del futuro luminoso. En Cuba se cuenta un chiste: “Los cubanos de Miami están atrasadísimos, se comen los mismos pan con bistés, las mismas masas de carne de puerco frita y los mismos pastelitos de guayaba y queso que nosotros nos comíamos acá hace 50 años”.

La verdad es que la ciudad ha sido una especie de cápsula en el tiempo, en plena Guerra Fría que a veces se calienta peligrosamente, como en el caso del niño balsero Elián González o la captura y enjuiciamiento de una red de diez espías castristas implicados en el asesinato en el aire y a mansalva de cuatro jóvenes integrantes de la organización humanitaria Hermanos al Rescate, operación ejecutada por dos Migs de combate pertenecientes a la fuerza aérea cubana, reliquias de la era soviética.

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