por Luis de la Paz
Todos sabemos que traducir literatura no es trasponer palabras de una lengua a otra, sino querer alcanzar la riqueza espiritual (y mucho más) de los textos que fueron escritos en otro idioma. Gracias al minucioso trabajo de los buenos traductores, es posible conocer lo que un autor expresó en su obra. Pero también esta labor tiene el compromiso de intentar captar las sensaciones que provocaron el trabajo original. Esto es lo que ha motivado al escritor Juan Cueto-Roig a trasplantar a nuestra lengua (y creo que con éxito) veintiún poemas del escritor Constantino P. Cavafis (Alejandría, 1863-1933, ambas fechas un 29 de abril).
Juan Cueto-Roig traduce a Cavafis desde el inglés, de manera que su libro Constantino P. Cavafis, veintiún poemas (Miami, 2010) es una traducción a partir de otras traducciones, ésas, presuntamente, del original griego al idioma de Shakespeare. En el breve (con Cueto todo es escueto) prefacio se establecen las pautas: “Los veintiún poemas que integran esta selección fueron traducidos a partir de diferentes textos en inglés y, por tanto, deben considerarse «versiones»... aunque ¿qué traducción no es una versión”. Si seguimos la premisa, estamos entonces ante una versión de una versión (algo que alarmaría aún más), y es ahí donde se agudiza un posible debate.
Entonces, ¿dónde radica la magia de Cueto-Roig? Estimo que en no traicionar el espíritu de los poemas originales, en plantearse, pienso que como condición fundamental, sensibilizarse ante las constantes de la poesía de Cavafis, labor ésta que no requiere entender griego, sino haber repasado los estudios que investigadores y eruditos han realizado de la obra del poeta y leer los poemas. Cavafis cantó una y otra vez a la belleza física, a los cuerpos jóvenes, reflexionó sobre el tiempo, la vejez, la decadencia y la soledad. Esos caminos transitados por Cavafis alcanzan su sitial en la traducción que nos ofrece Cueto-Roig. De manera que desde el griego al inglés, del inglés al español, se ha captado la esencia poética de Cavafis. Quienes conozcan las traducciones publicadas en la lengua de Cervantes (algunas realizadas directamente del original griego) podrán comprobar (y admirar) el desempeño de la versión del escritor cubano.
La poesía de Cavafis es descriptiva, no incurre en metáforas complicadas. No las necesita para dejar al lector desolado y abatido. Es poesía pura. Como este poema, Deseo: “Como hermosos cuerpos que murieron jóvenes/ y fueron sepultados, con lágrimas, en mausoleos suntuosos,/ coronados de rosas y con jazmines a sus pies–/ así son los deseos no satisfechos; que nunca alcanzaron/ una noche de sensual deleite, o una mañana de esplendor”.
Cueto-Roig, como buen poeta que es, ha logrado mucho más que recrear a su aire estos veintiún poemas de Cavafis. Con las traducciones ha relanzado a un escritor genial, lo mismo que hizo con En época de lilas, su versión al español de 44 poemas de e. e cummings, que publicó en el 2004. Ambos proyectos han colocado a estos dos escritores en el epicentro cultural de Miami, despertando el interés por leerlos. ¿Se puede pedir más?