por Luis de la Paz
El miércoles 27 de enero, falleció en San Francisco, California, a los 89 años, el pintor cubano Eduardo Michaelsen. Había nacido en Santiago de Cuba en 1920. La salud del artista comenzó a deteriorarse recientemente, tras sufrir un ataque cardiaco.
Considerado todo un maestro del arte naif, Michaelsen fue autodidacta y rebelde como artista: “En un tiempo traté de estudiar en la Academia San Alejandro, pero estuve allí muy poco, pues me di cuenta que el mejor estudiante era aquel que dibujaba igual que el profesor, no el que tuviera una forma propia de decir”, le expresó a este reportero a mediados del 2001.
El pintor se estableció en La Habana en 1939 y vivió en la capital cubana hasta 1980, cuando salió de Cuba durante el éxodo del Mariel. Desde entonces residió en San Francisco, ciudad que dijo “amar profundamente”. A pensar de su avanzada edad, Michaelsen estuvo activo hasta el final de su vida. En 2001 realizó una exposición personal en Los Angeles, auspiciada por el Instituto de Cultura Cubano Americana de esa ciudad. Más recientemente, en el 2007, la Galleria Farside de Miami realizó un homenaje al pintor, quien asistió a la inauguración.
Los cuadros de Michaelsen desbordan mucho humor, erotismo, luz y vivos colores, colorido que mantuvo en todo momento. En opinión del escritor y crítico de arte Ricardo Pau Llosa, Michaelsen “deja como legado una vida dedicada al arte y a la libertad. Fue el último héroe romántico de los años dorados cubanos”.
El escritor René Cifuentes, quien estuvo en contacto telefónico desde Nueva York con el pintor “hasta hace dos días”, expresó que “la voluntad de Michaelsen era que sus cenizas fueran esparcidas en el parquecito que hay frente a su casa. Seguramente así se hará”, concluyó.
Cortesía Diario las Américas