“El hombre que burló a la mafia”. Así podrían comenzar a llamar los anti-obamistas más empedernidos al senador estatal Scott Brown, candidato republicano a ocupar el escaño dejado por Edward Kennedy en el Senado federal, si este martes logra derrotar a su rival demócrata Martha Coakley, fiscal general de Massachusetts.
Brown ha montado el eje de su campaña sobre la promesa de detener la reforma sanitaria preconizada por Washington, y desde él ha conseguido recortarle decenas de puntos a Coakley, al extremo de acabar liderando las estimaciones de voto con cuatro puntos de ventaja sobre la fiscal. De imponerse, el republicano rompería la hegemonía automática de los demócratas en la Cámara Alta, 60 votos que pueden quedarse en 59. Está en juego la reforma del sistema de salud, tal vez el símbolo de cambio más enarbolado por Obama, quien se ha involucrado directamente en la campaña. De película.