google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Otra vez la crítica

lunes, 15 de febrero de 2010

Otra vez la crítica

por Ignacio T. Granados

En algún momento, académicos exiliados se dieron a cierta “desmartianización” de la tradición política cubana, y el proceso tuvo excesos inevitables, pero es cierto que ya se imponía cierta relativización y saneamiento de lugares comunes, simplificaciones y tópicos. Así también, ciertos críticos disidentes emprendieron una “deslezamización” de la literatura cubana contemporánea; obviamente cayendo en los mismos excesos, porque el afán hipercrítico de la contracultura es naturalmente excesivo.

El problema de la crítica, en todo caso, podría residir en ese carácter institucional, es decir, en esa vigilancia que asume, como el mismo y supuesto “cuarto poder” de la prensa tradicional. Ya eso se ve cuando en El libro perdido de los origenistas Antonio José Ponte se asume como celador y no curador del museo. La metáfora es espeluznante pero eficaz, porque dice que ya no se trata de sopesar valores peculiares ni funciones reales o posibles; por el contrario, aunque sea con ánimos de reivindicación, se trata de quién denunció y traicionó a quién, y todo el rosario de miserias que acompaña a los egos en colisión.

Igual, Duanel Díaz consideró que Lezama había sido sobredimensionado por la crítica; es decir, no dejó lugar para una simple incomprensión de su parte, quizás porque es en su evidente racionalidad que la crítica se hace institucional, aunque esa evidencia sea relativa y esté sujeta a la aparición de un nuevo dato corrector.

Todo eso puede ser, pero triste el estado de criterio que revela en todo caso, porque sujeta la crítica a ese índice medio de la institucionalidad que nunca entiende a lo que le excede.

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