“La UNEAC, como diría uno de sus miembros más vapuleados, el poeta Heberto Padilla, es un cascarón de figurones”.
Si a alguien no se debería citar para hablar de esto sería a Padilla: represor y defensor de la revolución “por sus pistolas”, como acostumbraba a decir; primero, atacante de Lezama y de Orígenes desde Lunes y desde todo lugar que pudo, y plañidera y cobarde, que cuando le dieron una galleta en el G2 cantó y echó pa'lante hasta a sus amigos. De esos tenemos unos cuantos y tienen que leer y aprender historia. Bajo ese “cascarón de figurones” vivió y viajó y atacó y denigró a cuantos no le reían la gracia de bebé terrible de la revolución, y se dedicaban a escribir. Ustedes son de la misma baja estofa, pero sin talento.
Anónimo aquí