por Carlos Scholkow
El fracaso de la educación castrista es visible por estos días, para todo el que quiera verlo, en las imágenes de mujeres injuriadas, golpeadas y arrastradas en plena vía pública, en medio de un aquelarre obsceno. El acoso a las Damas de Blanco constituye la representación tal vez más gráfica de la derrota del castrismo a nivel cultural, educacional, político, luego de medio siglo de incubación totalitaria.
El fracaso de la medicina castrista es visible por estos días en la imagen de un hombre al que dejaron morir inclementemente las autoridades, Orlando Zapata. Un sistema que apuesta por la muerte jaleado por un gobierno que recurre a la muerte para afianzarse en el poder. Patria o muerte no: Patria y vida, patria y libertad, o, tal vez mejor, libertad y vida, señores castristas. No le tenemos absolutamente ningún miedo.
El fracaso del proyecto revolucionario es visible por estos días en el hecho de que un gobierno atemorizado deba recurrir a la fuerza para impedir que el ejemplo de una treintena de mujeres se expanda como fuego sobre yerba seca. Un régimen que después de medio siglo de incubación totalitaria tiembla ante el desafío de un puñado de Damas de Blanco con flores en las manos. El fracaso de la educación castrista, del proyecto revolucionario, del colectivismo trasnochado de los gánsters de Birán.
Cuba es una cárcel donde se trafica con seres humanos. Ya todo el mundo puede verlo.