A pesar de un leve relajamiento de restricciones en la venta de equipos de computadoras y de teléfonos móviles en 2008, Cuba continúa siendo uno de los ambientes más represivos en el mundo para Internet y tecnologías de comunicación (TICs). Prácticamente no existe el acceso a las aplicaciones de Internet fuera del correo electrónico, y la vigilancia es extensa. Sin embargo, ha emergido una creciente comunidad de bloggers en la isla, usando de manera creativa medios en línea y fuera de línea para expresar opiniones y circular información sobre la sociedad cubana.
Cuba se conectó a Internet por primera vez en 1997, y ese año fue establecido el Centro Nacional de Intercambio Automatizado de Información (CENIAI), primer proveedor de servicio de Internet (ISP, por sus siglas en inglés). Sin embargo, las autoridades continúan controlando las estructuras legales e institucionales que determinan quién tiene acceso a Internet y cuánto acceso es permitido.
A pesar que el gobierno alega que todos los cubanos tienen acceso a Internet, de acuerdo con el ITU (“International Telecommunications Union” por sus siglas en inglés), sólo 1.3 millones de personas (11.5 por ciento) tuvieron acceso a Internet en 2008. Debe hacerse notar, sin embargo, que esta cifra puede estar inflada, ya que incluye a aquellos que sólo tienen acceso a Intranet cubana, y no a Internet global. Un cálculo más ajustado es que 240,000 (2.1 por ciento) de la población tuvo algún nivel de acceso a la red en 2008.
Las restricciones al acceso han sido exacerbadas por un estricto control del gobierno sobre los equipos. La venta de módems fue prohibida en 2001, y la venta de computadoras y accesorios de computadoras al público fue prohibido en 2002. Cualquier excepción puede ser autorizada por el Ministerio de Comercio Interior si los productos en cuestión son considerados “indispensables”. Esta política fue modificada a principios de 2008, cuando el gobierno de Raúl Castro autorizó a los cubanos a comprar computadoras personales. Ahora los individuos pueden legalmente comprar una computadora y conectarse a un ISP con un permiso del gobierno. Sin embargo, los altos costos colocan tanto a Internet como a los teléfonos móviles más allá del alcance de la mayoría de la población.
Tomado del último informe de Freedom House