Tras la derrota de Inglaterra, han pasado todos los grandes. Alemania, Argentina, Holanda y Brasil. De derrotar a Portugal mañana, como indica la lógica, España tendría un rival relativamente asequible en Paraguay… o Japón. Los japoneses pueden resultarle esquivos si consiguen derrotar a los sudamericanos –lo cual es perfectamente posible—, y comienzan a apuntar alto. En cualquier caso, los holandeses la tienen complicada ante la verdeamarelha, aunque con un Robben medianamente en forma cualquier cosa puede pasar. Chile pareció un equipo de chiquillos enfrentando a los brasileños, que ni siquiera se emplearon a fondo. Dunga, dicho sea una vez más, parece haber encontrado el delicado equilibrio entre juego ofensivo y defensivo.