Una jornada protagonizada por el arbitraje. Ya mostraron los encargados de impartir justicia de lo que son capaces en este Mundial, hurtándole a Estados Unidos su primer triunfo en Sudáfrica (por poner sólo un ejemplo, de los más clamorosos). Pero hoy fue el colmo. Italia empató en su partido con los esforzados neozelandeses (1-1) gracias a un penalti inexistente, marcado por un árbitro guatemalteco que parecía traído de otra galaxia. Y Kaká fue expulsado tras una doble amarilla arbitralmente infantil, durante el choque con los marfileños.
De cualquier manera, este domingo Brasil jugó uno de los mejores partidos del Mundial, válido para callar a los críticos del técnico Dunga durante algún tiempo (3-1). Como si los sudamericanos hubieran encontrado el equilibrio justo entre fútbol ofensivo y defensivo.
Mano controversial en el segundo gol brasileño. Una jugada para ver muchas veces: