
“Yo no sé si la República murió de discordia o no y estoy un poco viejo para hacer afirmaciones demasiado rotundas sobre lo que no sé. Pero sospecho que sí, que la República murió de discordia. No hablo de la discordia como una "oposición, desavenencia de voluntades u opiniones", que dice el diccionario, ni como el enfrentamiento, la crítica, las disputas necesarias e inevitables en cualquier sociedad libre y plural. Hablo de la discordia como modelo o patrón continuo de convivencia, como una actitud de rechazo y negación total del oponente, como un estilo de interacción, de vida social donde la medida de la victoria es la anulación del adversario”.
Jorge Salcedo en su blog