“Por mi parte debo hacerme una autocrítica, cometí el error de afirmar en la Reflexión del 27 de junio que el jueves, viernes o a más tardar el sábado se desataría el conflicto. Era ya conocido que buques de guerra israelitas navegaban hacia ese objetivo junto a las fuerzas navales yankis. La orden de registro de los mercantes iraníes estaba ya dada. No me di cuenta, sin embargo, que había un paso previo: la constancia de la negación del permiso para la inspección del mercante por parte de Irán (…) Algún compañero del Ministerio, tras el trabajo agotador de muchas horas en la máquina sacando copias de todos los documentos, se durmió. Mi afán de buscar información e intercambiar puntos de vista sobre estos delicados temas, me permitió descubrir esta omisión.
“Mi propósito principal fue advertir a la opinión pública internacional de lo que estaba ocurriendo. Lo he logrado en parte observando lo que sucedía, como dirigente político que fui durante largos años enfrentando al imperio, sus bloqueos y sus incalificables crímenes. Mas no lo hago por venganza. No vacilo en correr los riesgos de comprometer mi modesta autoridad moral. Seguiré escribiendo Reflexiones sobre el tema. Serán varias más después de esta para seguir profundizando en julio y agosto, salvo que ocurra algún incidente que ponga a funcionar las mortíferas armas que hoy se apuntan unas a otras. He disfrutado mucho los partidos finales de la Copa Mundial de Fútbol y los partidos de voleibol, donde nuestro valiente equipo marcha a la cabeza de su grupo en la Liga Mundial de ese deporte”.
Fidel Castro