Caballeros, ¿no estaremos todos equivocados y le estaremos dando la razón a Heriberto? Dicen que los genios se quedan solos. ¿Qué dirán nuestros nietos y bisnietos cuando se enteren que nosotros no comprendimos al gran Heriberto? Ellos un día estudiarán sus poemas en la clase de Literatura y la maestra les hablará de todo lo que sufrió por culpa de la blogosfera y de la forma en que lo marginaron sus contemporáneos, por no someterse a su autoridad. Ay, ¿qué dirá nuestra prole parada frente a su estatua, transitando las calles que llevarán su nombre? Rectifiquemos y sometámonos al genio.
Anónimo aquí