Créanos que lamentamos haber tenido que cancelar la encuesta. Pero el caso es que la misma persona que entraba a través de un IP falso, usando el mismo programa para cambiarlo una y otra vez con el fin de alterar la votación, fue la misma que nos envió los comentarios a los que nos referíamos arriba. Es fácil detectar cuándo se emplea un programa determinado para hacer esto.
No nos importa que la gente opine con anónimos o seudónimos, pero no admitiremos este tipo de engaños a nuestros lectores o a nosotros mismos. Aceptar un resultado tan evidentemente falso nos parece más indigno que moderar comentarios o que vernos obligados a cancelar una encuesta que pudo ser interesante, si las votaciones hubiesen sido reales.
La Sombra del Cubano en la Sombra del Cubano