por Denis Fortún
Confieso que no pensaba escribir esta crónica. Sin embargo, luego de leer el post Cubanos negros, cubanos blancos, creo que vale la pena contar lo que piensan otros sobre nuestra composición racial.
El hecho es que la semana pasada me avisan, en el aeropuerto, que debía escoltar a un pasajero conectando a otra ciudad, y que por desconocimiento no recogió sus maletas, asumiendo que éstas iban a ser transferidas. Cuando llego al lugar donde me esperaba, me encuentro a una mujer de baja estatura, delgada, de más de cincuenta años, asiática, rogándome en inglés que la disculpara por causarme tantas molestias. Le pido su pasaporte y veo que se trata de una surcoreana. Verifico de qué país viene, y con la mayor cortesía le ordeno que me acompañe hasta el carrusel en el que deben estar sus equipajes y que, por favor, no se preocupe por las “molestias”. Antes de pasar a Aduanas, uno de los jodedores que trabaja conmigo me comenta en español que la señora se le parecía a la abuela de Jackie Chan. Miro a la mujer con detenimiento y sonrío.
Ya dentro del área de seguridad, la señora se interesa en saber si hablo castellano, y de qué nacionalidad soy. Le respondo que sí, y que soy de Cuba. Ella, sorprendida, me asegura que no puede ser: Los cubanos son negros. Me río de nuevo y le aclaro que está en un error. Le explico que entre nosotros hay de todo, incluso chinos, pero que el grupo racial mayoritario en la Isla, aunque por estrecho margen, es el de los blancos. La coreana niega con la cabeza y vuelve a insistir en nuestra negritud. Serio, le pregunto con cierto tono de reproche si ella tiene algo en contra de los negros. La pobre mujer, muy apenada, casi me jura que no. A partir de ese momento no abre más la boca.
Recogimos sus maletas y finalmente, tras terminar el proceso de chequeo en Aduanas, nos despedimos cordialmente. Cuando voy a darle la espalda, escucho que la mujer me dice en español, con ese acento tan típico de los asiáticos:
-Señol, yo no tenel nada en contra de neglos. Pero no gustalme mentiras… Cubanos todos pletos. Yo sabel.
De la serie Crónicas del Aeropuerto
Confieso que no pensaba escribir esta crónica. Sin embargo, luego de leer el post Cubanos negros, cubanos blancos, creo que vale la pena contar lo que piensan otros sobre nuestra composición racial.
El hecho es que la semana pasada me avisan, en el aeropuerto, que debía escoltar a un pasajero conectando a otra ciudad, y que por desconocimiento no recogió sus maletas, asumiendo que éstas iban a ser transferidas. Cuando llego al lugar donde me esperaba, me encuentro a una mujer de baja estatura, delgada, de más de cincuenta años, asiática, rogándome en inglés que la disculpara por causarme tantas molestias. Le pido su pasaporte y veo que se trata de una surcoreana. Verifico de qué país viene, y con la mayor cortesía le ordeno que me acompañe hasta el carrusel en el que deben estar sus equipajes y que, por favor, no se preocupe por las “molestias”. Antes de pasar a Aduanas, uno de los jodedores que trabaja conmigo me comenta en español que la señora se le parecía a la abuela de Jackie Chan. Miro a la mujer con detenimiento y sonrío.
Ya dentro del área de seguridad, la señora se interesa en saber si hablo castellano, y de qué nacionalidad soy. Le respondo que sí, y que soy de Cuba. Ella, sorprendida, me asegura que no puede ser: Los cubanos son negros. Me río de nuevo y le aclaro que está en un error. Le explico que entre nosotros hay de todo, incluso chinos, pero que el grupo racial mayoritario en la Isla, aunque por estrecho margen, es el de los blancos. La coreana niega con la cabeza y vuelve a insistir en nuestra negritud. Serio, le pregunto con cierto tono de reproche si ella tiene algo en contra de los negros. La pobre mujer, muy apenada, casi me jura que no. A partir de ese momento no abre más la boca.
Recogimos sus maletas y finalmente, tras terminar el proceso de chequeo en Aduanas, nos despedimos cordialmente. Cuando voy a darle la espalda, escucho que la mujer me dice en español, con ese acento tan típico de los asiáticos:
-Señol, yo no tenel nada en contra de neglos. Pero no gustalme mentiras… Cubanos todos pletos. Yo sabel.
De la serie Crónicas del Aeropuerto