google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: El fantasma sobre las olas

jueves, 23 de septiembre de 2010

El fantasma sobre las olas

por Armando Añel

No nos engañemos, la blogosfera vive. Han tratado de matarla mil veces pero respira una y otra vez sobre nuestra nuca, como el corredor de fondo que nunca conseguimos dejar atrás.

¿Cuánto tiempo hace ya que escuchamos el sonsonete, que la blogosfera cubana agoniza, que tiene fecha de vencimiento, que está muerta y enterrada, que la han enterrado viva? Mínimo, dos o tres años. Pero sobre todo en los espíritus creativos, audaces, innovadores, en el atrevimiento y la libertad, la blogosfera vive. ¿Y por qué no se muere, se preguntarán algunos? Porque no es en realidad, únicamente, blogosfera. Nunca lo fue. Tampoco constituye algo abstracto, ni siquiera definido. La blogosfera, bitácora al fin, cuaderno de lectura, diario, agenda, libreta de apuntes, cámara de filmación, ojo de la cerradura, lienzo, ventana, balcón, telescopio, espejo, estanque de Narciso, pantalla de cine, no es más que la extensión de cada uno de nosotros. Como mismo no podemos dejar de comer, dejar de cagar, dejar de sentir, tampoco podemos dejar de crear. La blogosfera, en definitiva, es eso: Vibración de crear, creación de vivir.

Por supuesto, sobrevienen bandazos, derrumbes, colisiones, momentos en que, incluso colectivamente, pareciera que se atasca. Pero pasa con cualquier objeto, vehículo o persona, que su velocidad no es permanentemente unívoca, ni su trayecto infinitamente lineal. ¿Por qué no habría de pasar también con la blogosfera?

Unos blogs suceden a otros blogs. Unos usos a otros. Como las olas. La blogosfera puede hasta mutar, cambiarse el nombre, usar peluca. ¿Pero dónde está el cadáver, señoras y señores? Seguramente hablan de un fantasma.

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