“Cuando en el año 1968 a Fidel Castro le dio una de sus perretas y lanzó la llamada Ofensiva Revolucionaria, donde cerró todo vestigio de propiedad privada, se dijo, entre otras expresiones despectivas, que “cerraban los chinchales”. Ahora estamos ante el regreso de los chinchales, pues estos trabajos recién autorizados, desde el de zapatero remendón hasta el de carbonero, son tercermundistas. Pero no propios de países como Ecuador o Chile, sino de algunos como Haití, en este hemisferio, o de las naciones más empobrecidas de África”.
Luis de la Paz
Luis de la Paz