Quién no sabe quién es el agente Muerto Pelo. Quién no sabe cómo funciona, qué cosas le desagradan, qué alegrías podemos darle por las tardes. Cómo no saber a qué se refiere cuando dice: “La polémica es la polémica”. En la intratable intimidad de su dormitorio, el agente Muerto Pelo se arranca un pelo de la barba, si la tuviera, y tiene lugar la transformación: Sus informes sobre el estado y las perspectivas de su hábitat cibernético, alcanzan rango de premonición. Un ligero tufillo vernáculo que a su jefe en La Habana, por algún motivo, invariablemente le arranca el mismo consejo lapidario: “Cuidado con la juntamenta”.
En los predios de su hábitat, el aporte del agente Muerto Pelo consiste en que las noches de la patria tradicional desemboquen en Playa Hedónica, enterneciendo la inefable levedad de la diáspora puntoCON. No entiende el sistema, no comparte el entusiasmo pueril de la plebe cumberlana, carece de sentido del humor, no pega el ojo desde que se sabe bajo sospecha. Pero tiene un plan, y un claro propósito, y a esos dulces guerreros enemigos, apátridas de la metatranca, mordiéndole los talones. Ah, el infame, pero pegajoso título de Norberto Fuentes. Condenado por la blogocosa.
Serie inspirada en una ligeramente similar del nuevo blog anónimo en disputa: La Ladilla Insomne. Etiqueta abierta a colaboraciones, incluso de los puntoCON.