No sé ni para qué te lo digo, porque es mucho más inteligente dejar que sigas perdiendo tu tiempo, pero es curiosa esa persistencia infantil en atacar a tus “enemigos” por sus supuestas inclinaciones sexuales, 10:28, como si a estas alturas llamarle a alguien homosexual fuera una ofensa. Lo será sólo en los círculos más primitivos y provincianos, pero nadie medianamente inteligente y con algo de cultura, por lo menos en el exilio, puede pensar en disminuir o engrandecer a una persona porque sea o no heterosexual.
Me recuerdas a una mulatica del edificio donde yo vivía en Cuba, muy metida ella en su mundillo del solar y la “ruta”, que intentaba ofenderme cada cierto tiempo gritándome “¡Blanco!”. Para ella, que yo fuera blanco era algo así como andar desteñido y carecer de sabor y onda (supongo). Era un poco retrasada, debo reconocerlo. A veces, leyéndote, me da la impresión no de que odies tanto a quienes intentas “ofender” desesperadamente, sino que eres un poco como aquella mulatica: elemental, terca y ligeramente retrasada. Porque insistir en esa trova del homosexualismo como ofensa a estas alturas de la película, es como intentar empinar chiringas dentro de un avión.
Me recuerdas a una mulatica del edificio donde yo vivía en Cuba, muy metida ella en su mundillo del solar y la “ruta”, que intentaba ofenderme cada cierto tiempo gritándome “¡Blanco!”. Para ella, que yo fuera blanco era algo así como andar desteñido y carecer de sabor y onda (supongo). Era un poco retrasada, debo reconocerlo. A veces, leyéndote, me da la impresión no de que odies tanto a quienes intentas “ofender” desesperadamente, sino que eres un poco como aquella mulatica: elemental, terca y ligeramente retrasada. Porque insistir en esa trova del homosexualismo como ofensa a estas alturas de la película, es como intentar empinar chiringas dentro de un avión.
Anónimo aquí