google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Protestan escritores cubanos por congelación de premios en metálico

viernes, 1 de octubre de 2010

Protestan escritores cubanos por congelación de premios en metálico

Una carta de abril de este año, firmada por el ministro de Economía y Planificación de Cuba, Marino Murillo, y que informa sobre la congelación de pagos por concepto de premios literarios, ha puesto en ebullición a un sector de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Son varios los escritores residentes en la Isla que han evacuado sus quejas, e iniciado un debate en torno a la nueva orientación de las “instancias superiores”, a través de cadenas de correos electrónicos en Internet.

Concretamente, en uno de los emails circulantes el escritor Arístides Vega Chapú se refiere a que “los ganadores del Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara, resultados dados a conocer en julio, aún esperen por su necesitado premio en metálico”, y apunta también “la suspensión del pago del Premio de la Ciudad del Che, tanto en poesía como en proyectos, después que la Filial Provincial de la UNEAC en Villa Clara lo convocó”.

Por su parte, al poeta Luis Manuel Pérez Boitel le parece “que los dineros que se entregan a los escritores preocupan mucho más que la cantidad de dinero que se gastan diariamente en gasolina los dirigentes del país”, y se pregunta: “¿Por qué el Ministro de Economía y Planificación no paraliza la asignación de este recurso a los dirigentes, funcionarios y cuadros hasta tanto no se analice la situación de cada vehículo estatal en particular?”.

En Cuba, muchos escritores oficialistas, o “arrimados” a los subsidios estatales, utilizan los montos de los premios literarios, o sus emolumentos y prerrogativas como jurados de dichos eventos, para “resolver” problemas tan elementales como pintar su casa o arreglar algún efecto electrodoméstico.

“Para nadie es un secreto que los premios han venido a paliar los bajos salarios que en su gran mayoría tenemos los escritores vinculados al sector artístico”, apunta el propio Vega Chapú. “Es obvio que no podemos sostener nuestra labor intelectual solo con el salario que devenimos”. Y añade:

“Puedo contar los premios que he ganado de solo repasar mi casa: una puerta, alguna ventana, la pintura de las paredes, o la mesa en la cual descansa la computadora. Los premios nos han salvado de una penuria que se manifiesta en nuestra vida cotidiana”.

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