Un reciente debate, algo subido de tono, en la sección de comentarios de Cuba Inglesa (CI), me motivó a escribir esta breve serie. Uno de los anónimos en disputa se refería a la exclusividad del arte –“el arte es exclusivo o no es”, decía más o menos, rechazando el carácter inclusivo de CI—, mientras el otro argumentaba que un blog era como una especie de periódico, en el que convivían diversas secciones, firmas y perspectivas.
Por supuesto, CI, que en definitiva no es más que un blog –hasta tanto se pruebe lo contrario--, no aspira a convertirse en una cosa ni en la otra: ni en un blog exclusivamente dedicado al arte, ni en un periódico tradicional. Es verdad que tenemos, esquemáticamente hablando, al periódico como referencia. Pero aspiramos a ser periódico sólo en un sentido transversal. Es decir, aspiramos a ser algo más funcional que un periódico: algo más divertido, inclusivo, interactivo, audaz, vanguardista, democrático, libre. Claro, hablamos básicamente de aspiraciones, no de realidades. Pero sin aspiraciones, ¿a dónde vamos a parar?
Por supuesto, CI, que en definitiva no es más que un blog –hasta tanto se pruebe lo contrario--, no aspira a convertirse en una cosa ni en la otra: ni en un blog exclusivamente dedicado al arte, ni en un periódico tradicional. Es verdad que tenemos, esquemáticamente hablando, al periódico como referencia. Pero aspiramos a ser periódico sólo en un sentido transversal. Es decir, aspiramos a ser algo más funcional que un periódico: algo más divertido, inclusivo, interactivo, audaz, vanguardista, democrático, libre. Claro, hablamos básicamente de aspiraciones, no de realidades. Pero sin aspiraciones, ¿a dónde vamos a parar?