nada ocurre en la importante realidad de los trenes ese importante océano transcurre un domingo busca escalera ( pájaros y nubes saltan pararrayos)
asciende de la colada (bussiness, it’s only bussiness!) índole de rata
que construyen rusos desde radios y herramientas de guerra
soporta cargos de caza a la sombra y con aire fresco nadie oirá abrir
aunque crean a sus escritores imprescindibles. marchan a pie para exigir tendido de ferrocarril estación colonial teje tercer estamento. . .
Sándor Márai
era un escritor, un estilista, o, como más adelante llamarían a
los escritores que sólo eran escritores, un formalista
se dirige allí porque tiene un proceso
irá en otoño a China antes que decaiga el ánimo.
Los dragones que vuelan demasiado alto acaban por arrepentirse:
mitad perpetúa a los que creen −externa tao,
mitad del que cree que le falta moño de aguacero o
demasiado arrepentirse, pachá con levita Waterfield
que exclama sí, claro, cierta región del Paraná.
Pues en la cruda y el especialismo, cocainómano paga spleen
a manera de búho y va de vuelo como quiere Juan.
Edward y Georges en Praga obedecen al oboe,
nunca sabrán nada de la familia junto a Sears.
Edward cambia a Ripley de esa ciudad (Lieja es la Habana).
Pase de liebre para presidente cuenta días en chaqueta,
«hondo descontento de la vida» ve letra de bonzo ...
Weissberg aprende a beber cicuta;
se cree “buena” cultura y mata para ser presidente, metáfora
del ferrocarril de Kalda saqueada por José Carlos
(azul cedro es Lieja). Clama influencia
Monte Carmelo, como quiere Juan.
Lo que sabían no lo saben yo sí lo sé porque las mismas hojas en horda
originan Pisek, devuelven nativos pour le commerce du Haut Congo a
Matadi con disentería o fiebre biliar.
Los hermanos Bunau son rapaces y alguna vez levantarán un
imperio de mosquitos con inspectores cabañas transporte de víveres
(Stanley Pool en estación de lluvias) en rápido ascenso −no fue una
vida risueña la mía, anota−; hermanos malditos con la Ordre de
Lion Royal: especie de balcón donde comer para poder fumar yerba
traída del M’pozo a espalda de los belgas.
El anodino Joseph Loewy graba a cuchillo gigantesco país.
No tiene peso lo que hiciera en cuanto a emplastos de piel de
perro con terreno para propaganda confusionista por Taku.
Chinería más chinería menos acoge sobrino listo a matar a sus padres,
camuflaje de cualquier hombre.
¿Jeanne conmigo a China, a las montañas, al Teatro al aire libre de Oklahoma?
Arnus y Co., y mi sangre par sympathie pour la France:
(filatélica circunstancia), formaremos el mejor dúo incriminatorio
caro y elegante antes de enclaustrarnos en Zürau, anota Brod: anodino
(bibliotecario.
En la misma carretilla van Brunelda y Karl, Freud, que no vendrá
al hotel Askanischer Hof de Berlín a lavar su complejo de Edipo.