Lo que tenía que decir ya lo he dicho sobre lo que no era realmente importante. Lo dicho que no tiene sentido carece de fundamento. Lo expresado en función de la retórica de lo entredicho no se entiende, no se escucha. Lo que una vez propusiera se desdice en su parrafada. Lo que se grita, murmura. La palabra se esconde en su susurro incoherente, ininteligible, inexpresable. Expresiones que se muerden la lengua. Filtros por los que cada letra deletrea su inocuidad. Aquí atrás no se oye nada. Aquí atrás la voz llega mermada. Aquí atrás las murmuraciones esconden un mar de silencio cómplice.
Aquí atrás vaga el exilio como refutación.
Estaba equivocado... Estaba equivocado... Dice el perro mientras husmea la nieve en la cima del mundo. Perro exiliado en el Kilimanjaro. Leopardo en fuga soñándose en los atardeceres de La Playa.
Aquí atrás vaga el exilio como refutación.
Estaba equivocado... Estaba equivocado... Dice el perro mientras husmea la nieve en la cima del mundo. Perro exiliado en el Kilimanjaro. Leopardo en fuga soñándose en los atardeceres de La Playa.