google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: El nuevo paradigma

jueves, 5 de marzo de 2009

El nuevo paradigma

por Enrique Collazo

A principios de los años noventa se bromeaba en Cuba con aquello de que “el socialismo es la formación económico-social que media entre el capitalismo y el capitalismo”, y el curso de los acontecimientos ha convertido la broma en realidad. La nueva Constitución, aprobada en 1992, la despenalización de la tenencia de dólares en el verano de 1993 y el impulso dado a las joint ventures, entre otras medidas liberalizadoras, propiciaron un proceso de recomposición de las clases sociales, jalonado por la aparición de un sector tecnócrata-empresarial que se beneficia de los vínculos con el mercado mundial y que cuenta con muchas posibilidades de convertirse en capa social hegemónica.

El Estado cubano se ha transformado en una gran empresa y la comandancia de la misma está concentrada en los círculos políticos y militares que rodean a los hermanos Castro, sobre todo en los de color verde olivo, aunque la capacidad ejecutiva está ramificada entre un sinfín de corporaciones, sociedades mercantiles y anónimas, contratos de administración, producciones cooperadas y diferentes niveles de asociación y de consorcios con empresas extranjeras, tanto en la isla como en el exterior. De forma gradual se ha ido consolidando un sector intermedio, semi-privado o semi-estatal, que se halla más allá del bien y del mal. Una casta de oligarcas civiles y militares que comienzan a ser mirados con envidia y rencor por la gran masa de la población depauperada, y que ahora se reordenan en torno a la figura de Raúl Castro.

Gracias a su lealtad al régimen y a pesar de su origen e ideología “proletarios”, esta casta compone el nuevo paradigma del tecnócrata “revolucionario” que los académicos han denominado el compañero-empresario o empresario-soldado. Éste participa en la redistribución de las propiedades, otrora estatales, en el marco de un proceso de privatización que no excluye como uno de sus fines mantener la unidad corporativa entre los “empresarios socialistas” y la inquebrantable fidelidad al núcleo duro actualmente encabezado por Raúl.

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