google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: La evolución del estancamiento (III)

miércoles, 18 de marzo de 2009

La evolución del estancamiento (III)

por Jorge A. Sanguinetty

En el difícil ejercicio de escudriñar las entrañas de la sociedad cubana y el funcionamiento del poder político, económico y militar del país, el investigador siempre está al acecho de alguna categoría analítica o de alguna información que le permita examinar condiciones e identificar tendencias. Después de muchos años de estudio y observación, que incluyen haber estado en contacto continuo con personas que han logrado escapar de Cuba, especialmente aquéllos que han ocupado posiciones importantes, he concluido que, aunque ocultos, hay más disidentes dentro del gobierno que fuera del mismo. O sea, me refiero a las personas que en diversos momentos y gradualmente han tenido experiencias y/o han recibido informaciones que les ha permitido darse cuenta de la verdadera naturaleza de la monstruosidad gubernamental que ha dominado al país por medio siglo.

Estos disidentes, por supuesto, no se manifiestan abiertamente porque tendrían que pagar junto a sus seres queridos un alto precio por su deslealtad. Pues todo régimen totalitario exige muestras de lealtad y militancia, aunque todos sepan que las mismas no son otra cosa que manifestaciones refinadas de la más profunda hipocresía en magnitudes masivas.

Todos los que han tenido alguna posición en empresas, ministerios o centros de cualquier naturaleza en Cuba saben muy bien que muchos de sus colegas o compañeros de trabajo desean secretamente un cambio profundo de gobierno. La mayoría ve el estancamiento en las políticas gubernamentales, los errores en la administración, los abusos de los gobernantes, la desesperanza generalizada sobre el futuro de ellos y del país. Algunos se engañan y pueden llegar a negar la realidad, pero son más los que desean cambios, unos más extensos que otros, mientras algunos lo manifiestan a familiares y amigos escogidos, otros simplemente se callan resignadamente y disimulan su descontento con diversas formas de apatía en el cumplimiento de los dictámenes oficiales.

Son todas estas personas las que componen lo que yo llamo la “disidencia invisible” y que sólo esperan un cambio en las condiciones de equilibrio que hacen que el país parezca mantenerse en una especie de estado comatoso o vegetativo, apenas sobreviviendo. Desgraciadamente, la descomposición de la nación cubana que orquestó Fidel Castro aprovechándose de sus debilidades para aumentarlas y llevarla al estado actual de postración, ha convertido a los cubanos de la isla en meros espectadores de su triste destino. Cuando Castro pierda todo vestigio de poder, por su propia muerte, incapacidad total o simple destitución, los que queden, desde Raúl Castro hasta el más modesto de los ciudadanos se enfrentarán a otras condiciones. Sus posibilidades futuras cubren un amplio espectro que va desde la continuidad del estancamiento aparente, hasta unos cambios de magnitud y número impredecibles.

Yo apostaría a que habrá algunos cambios pues, como he dicho en otras ocasiones, no es lógico que Raúl Castro pueda mantener el poder sin hacer algunas concesiones populares para compensar por la falta de carisma que su hermano tenía y él no. Sin embargo, no me atrevo a hacer un pronóstico sobre el alcance de tales cambios o reformas. Pero sí creo que los demás cubanos, especialmente los miembros de la disidencia invisible, pueden ser importantes agentes de cambio una vez que Raúl esté realmente a cargo del gobierno o posteriormente cuando él también falte.

Cortesía Cuba Futuro

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