google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Estados Unidos y una nueva política hacia Cuba (I)

sábado, 4 de abril de 2009

Estados Unidos y una nueva política hacia Cuba (I)

por Jorge A. Sanguinetty

Las propuestas que han proliferado recientemente para que el gobierno del presidente Barack Obama adopte una nueva política hacia Cuba adolecen del mismo doble defecto de casi todas las anteriores: un conocimiento muy limitado de cómo funciona el país bajo el castrismo, y de poca imaginación para encontrar fórmulas factibles. Además, se repite una vez más la vieja letanía de cómo el embargo a la economía castrista ha fracasado y sólo ha conseguido aislar a EEUU de los otros países de la región, mientras se omiten varias consideraciones importantes.

Desafortunadamente, el simplismo ha dominado la esencia de virtualmente todas las propuestas, que generalmente se concentran en algunos tópicos preferidos, dejando afuera una visión de conjunto.

Creo que lo primero que hay que examinar de las relaciones entre ambos países es que por cincuenta años los distintos gobiernos de EEUU han estado a la defensiva con relación a las iniciativas de Fidel Castro. En realidad, se puede decir que ninguna de las administraciones en la Casa Blanca consiguió formular un verdadero “game plan” o plan estratégico y de acción para arrebatarle la iniciativa a Fidel Castro y ponerlo a la defensiva. Yo creo que semejante falta por parte de un país que tiene los recursos para eso y mucho más, se debe a la mala costumbre que tienen muchos políticos en Washington de no comprender que “no hay enemigo pequeño”. En esto, diría que juega un papel importante una buena cuota de arrogancia por parte de los políticos y también por parte de los hacedores de opinión en los medios de EEUU y otras instancias del país. Desafortunada y tradicionalmente, y por razones que trataré en otra ocasión, hay una tendencia a no tomar muy en serio las cuestiones que vienen de los países de América Latina.

Otra razón que creo que ha jugado un papel significativo en subestimar la importancia de Cuba en el hemisferio y para EEUU, es la miopía que a veces caracteriza la política exterior de países democráticos cuando las prioridades de corto plazo se imponen sobre las de largo plazo. Especialmente durante los años de la Guerra Fría, las cuestiones militares y de seguridad nacional siempre tuvieron un sentido de urgencia que hacía posponer cualquier otro problema. Lamentablemente, esas posposiciones acarrean un costo que se paga más tarde con intereses. Aunque es muy difícil estimarlo, el costo económico y político que Cuba ha representado para EEUU y para los demás países de la región es inmensurable.

Cortesía Cuba Futuro.

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