Finalmente, a alguien se le ocurrió aportar el detalle que le faltaba a la estatua de Ernesto Che Guevara en el Central Park de Nueva York. Semejante contrasentido –la estatua de un verdugo engalanando la ciudad insignia del orden democrático- tiene ahora la solución adecuada: Ahí está, para todo el que quiera leerlo, para los que no se habían enterado, el cartel que pone los puntos sobre las íes, colgado del cuello del asesino en serie.
La justicia tarda, pero llega. Esperemos que las lluvias no diluyan esas letras.
Foto cortesía de Frente Libertad Total.