google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: De la insoportable levedad del Blog (III)

lunes, 18 de mayo de 2009

De la insoportable levedad del Blog (III)

(Reírse en cubano, pero de verdad)

por Ignacio T. Granados


Desde siempre, el poder es el secreto objeto del deseo que corrompe a artistas e intelectuales; y no por gusto se inventaron desde la famosa república platónica a la Utopía, igualmente platónica, de Moro. Eso vale para todo artista e intelectual, y es legítimo en principio, en tanto significa el poder de hacer las cosas; lo que se va diluyendo poco a poco, en la medida en que ese poder se va concentrando en sí mismo. Es decir, se hace un anhelo espurio, en tanto se trata del poder por el poder sin más; que es lo que ha venido sucediendo a medida que crecen las élites artísticas, y el término de intelectual se va haciendo banal y vacuo. Todo eso es cierto, pero igual es válido el resentimiento con que se rebela el esclavo; es decir, con que el marginal, como la zorra a las uvas, mira al poder y se da cuenta que igual no le serviría de mucho; que mucho más poderosa es su marginalidad, mientras pueda detentarla, porque es el espacio donde es verdaderamente libre.

El humor no escapa a las oscuras dialécticas, porque también el humor entró en los círculos espantosos del poder; sólo que el humor tiene una naturaleza más dúctil y eficaz, y excede toda pretensión de encasillamiento vacuo. Es que se trata de una contradicción de principio, el poder tiende a la postura enhiesta y solemne, mientras que el humor tiende al relajamiento. Será por eso que uno de los más rotundos fracasos será siempre la pretensión de manipular el humor; que siendo uno de los recursos más eficientes del choteo, expone al ridículo innegable al pretensioso. Nada malo en el triunfo esforzado de quienes luchan con su marginalidad, que triunfo es triunfo; pero sin palos ni piedras, ni tan siquiera innecesarias denuncias, lo malo es malo y lo bueno es mejor, así de simple.

Ese es el otro poder, la posibilidad que ha brindado un espacio como la blogosfera con su insoportable levedad. Quien se ríe en cubano de verdad, se ríe con Guamá; no desgasta en antropologías y homenajes lo que es una simple y sonora carcajada, y por tanto no recibe de vuelta una sonora trompetilla. Guamá es tan original, que es donde único el cubano sí se ríe de sí mismo; como lo hicieron Tres Patines y Nananina, en la más perfecta representación de un bufo todavía contemporáneo, y una no menos asombrosa Comedia del Arte. Desde la creación de portadas basadas en los productos de la prensa oficial cubana; desde la catarsis popular de Pánfilo a la dolorosa locura de la mujer exhibicionista, y por supuesto, la super encuesta del Punto “G”; ¡hasta Martí se hace ligero e inspira la sonrisa en su parodia! Todo allí es fresco, no un humor reflejado por el espejo del contexto político.

Es evidente, en los espacios de poder, como todo el mundo, el cubano se ríe del prójimo; porque el poder no tiene humor real, es demasiado serio, sólo se ocupa de cosas que parecen importantes, y sólo puede humillar. Lo mejor de eso es que a Guamá podemos decirle que nos gusta sin que lo dude; puede creernos, porque no tiene otra cosa que ofrecernos que la risa, y ésta es espontánea e inevitable; y los poderes, como las uvas, son sabrosos, pero si están verdes están verdes, ya madurarán.

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