por Carlos Scholkow
Los tribunales de justicia hondureños tienen órdenes de captura contra el ex presidente Manuel Zelaya por incumplimiento de las leyes vigentes en el país centroamericano, ha afirmado a Radio Caracol el nuevo presidente de Honduras, Roberto Micheletti.
Así que si el pichón de dictador regresa a Tegucigalpa, con o sin Insulza, su insulsa presencia quedará en manos de la justicia, previa visita a un calabozo.
La orden de captura ha sido confirmada por el canciller hondureño, Eduardo Ortez Colindres, que ha advertido que Insulza puede entrar, “pero el presidente depuesto no”, a no ser que vaya directamente a prisión. Zelaya, que afirma que este jueves regresa a Honduras, le tomó ayer la palabra al secretario de la Organización de Estados Americanos, quien en una de sus habituales meteduras de pata se había ofrecido a acompañar al aprendiz de brujo en su retorno al país.
A todas estas, ¿qué piensan hacer los brabucones de Hugo Chávez y Raúl Castro? No se sabe, pero el segundo, siguiendo las habituales directrices neo-anexionistas del castrismo, le ha pedido a Estados Unidos que pase de las palabras a los hechos. Es decir, que intervenga de alguna manera, que se muestre un poquitín más enérgico. Siempre esperando que Washington resuelva los problemas, por activa o por pasiva.
Mientras, Chávez, que había dicho claramente que invadiría Honduras si tomaba posesión otro presidente que no fuera Zelaya, ha debido meterse la lengua donde no le da el sol. Que es donde debiera tenerla siempre. Lengua viperina.