por José Luis Sito
Si algo ha sido curioso en este 1 de junio post-traumático, es la oposición dualista que se ha querido entretejer: blogueros dentro de Cuba-blogueros fuera de Cuba. Otro dualismo más, inútil y falso. Sencillamente porque el llamado de movilización se hizo antes de todo a cubanos y no cubanos, aunque en este caso sean actores dentro de la Web. Los cubanos dentro de Cuba, con blogs, son cubanos como los que están fuera de Cuba con blogs; tienen las mismas aspiraciones de libertad y luchan contra el mismo régimen de terror. La diferencia de espacio y de territorio no tiene ninguna pertinencia, al menos de querer fabricar artificialmente falsas oposiciones y ridículas contradicciones.
Otro ejemplo de error: querer “dualizar” resistencia y déficits culturales. Lo que buscamos todos es el fin de la tiranía castrista, no cambiar culturalmente a los cubanos. Un pueblo posee sus idiosincrasias, sus características y hay que moverse con ellas, en la actualidad. Una lucha de resistencia está dirigida a modificar un orden de cosas político, a cambiar el sentido y el orden impuesto por un poder. Es una lucha política, no es cultural ni artística, aunque artistas y pueblo, culturalmente conformados, participen.
Es en la lucha que, además, se puede formar el espíritu de un individuo, transformarse, y también ocurre lo mismo con un conjunto de individuos resistiendo, con un pueblo. La prueba del pudding es que lo comemos, como decía el otro. La prueba del movimiento se demuestra andando. La prueba de la unidad del pueblo cubano se demuestra uniéndolo alrededor de una misma causa. La única causa que puede movilizar y reunir -hasta a la mayoría de los castristas- es la palabra libertad. Ya que los castristas mismos sufren de esta ausencia trágica en Cuba.
Otro ejemplo devastador de los errores “dualistas” cometidos, es el texto de Ivette Leyva El muro de la disidencia, redactado en febrero de 2009.
Escribía: “En medio de la parálisis de la disidencia, los blogueros, con Yoani Sánchez a la cabeza, artistas rebeldes como el escritor Orlando Luis Pardo y músicos como Gorki Aguila son una promisoria muestra de creciente resistencia cívica ante la dictadura cubana”. Terminaba por: “El rechazo a ese régimen adopta formas más originales e independientes. Por fin, un soplo de aire fresco, esperanzador”. A lo que un resistente “viejo” respondía: “¿La democratización vendrá a Cuba por la vía de un blog, canciones contestatarias de un grupo de rock y por la promoción de un libro hecho por su autor fuera del marco oficial?”.
Ivette Leyva oponía a los jóvenes esperanzadores con los envejecidos disidentes supuestamente sin esperanzas. El haber intentado separar a los blogueros, la juventud cubana de artistas y roqueros o punks, de los resistentes “clásicos” y menos jóvenes de la disidencia, es una tragedia. Todas las formas de resistencia deben y pueden convivir, todas las fuerzas de resistentes deben y pueden apoyarse, olvidándose de sus diferencias y recordando la lucha que los une. Todos deben ponerse al servicio de todos, cuando alguien o algunos entraman un trabajo de resistencia. Los blogueros, artistas, etcétera, dentro de Cuba deben de ser una fuerza complementaria, adicional a los resistentes de las organizaciones.
Estos dualismos, fabricados sin cabeza, que oponen y contraponen lo que por razón y afecto debiera estar unido, son una auténtica tragedia. Esta desunión se mantiene con falsas y artificiales dualidades. No hay dos causas en esta lucha de resistencia, hay una sola, la libertad de Cuba. No hay blogueros dentro y blogueros fuera, no hay exiliados e insiliados, no hay viejos disidentes y jóvenes disidentes, hay una sola y misma lucha de Resistencia para lograr la Libertad de Cuba, con hombres y mujeres de diversas opiniones, de diversos orígenes, de territorios y geografías distintos. Pluralidad, multiplicidad: única lucha de resistencia.
Una respuesta a Sito, ¿la vida sigue igual? Para leer el artículo completo, pinchar aquí.