google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Sherlock Holmes y el Caso de las Sexólogas Ambulantes

domingo, 21 de junio de 2009

Sherlock Holmes y el Caso de las Sexólogas Ambulantes


El Caso de las Sexólogas Ambulantes, como se le llegara a conocer en el ámbito internauta, había estimulado desde el principio, en la periferia de sus zonas erógenas, la analítica de Sherlock Holmes y su fiel ayudante, el Dr. Watson. La aparición de las sexólogas se remontaba a los tiempos en que la Voladora Núbil, el Enmascarado Porcino y el Tirador Aristotélico ejercían el transformismo, y desde entonces, esporádicamente, había choteado la impronta académica con que un sector de la blogosfera intentaba justificar sus afanes cibernéticos.

Las sexólogas, desde la sección de comentarios de cuantos blogs se habían atravesado en su camino, desnudaban las “pequeñeces” de la intelectualidad cubiche, y esto era algo que muchos de los poetas, narradores y ensayistas más importantes de la “última generación impresa” no estaban dispuestos a permitir. En cualquier caso, quienes no estaban dispuestos a permanecer ni un minuto más al margen de sus personalidades anónimas –las de las sexólogas- eran Sherlock y su asistente. ¿Cuántas eran realmente? ¿Por qué no firmaban con sus nombres, y ni siquiera con seudónimos que concedieran a los británicos el alivio de una vaporosa pista? ¿Qué querían decir con aquello de que “una no sabe si lo que les cuelga es el rabo o un ombligo mal puesto”? ¿Acaso las sexólogas recomendaban el lugar común según el cual, y a pesar de los pesares, hay que montar caballo grande ande o no ande?

Pero el misterio que con mayor insistencia atenazaba la imaginación de los ingleses era el de su negativa a armar ellas mismas, sin el aporte de la Voladora Núbil, un blog femenino que pusiera definitivamente en su sitio la insoportable inconsistencia de la blogosfera varona. ¿Para qué reclamaban cada dos por tres a la voladora? ¿Por qué ese afán en reabrir las puertas del más anónimo de todos los blogs anónimos? ¿Cuál era el objetivo último de las Sexólogas Ambulantes? Una sola respuesta a una sola de aquellas preguntas habría bastado para alegrarle la tarde a Holmes y su inseparable ayudante, el Dr. Watson.

Nota del Editor. Este post está dedicado al Día de los Padres. ¡Felicidades!

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