por Ignacio T. GranadosUno se debe a los amigos y a los que han tenido a bien tener alguna confianza en uno. Por eso esto es una deferencia personal con Añel, que tan amistoso y amable ha sido siempre. Negros no cierra por alguna perreta, sino por su propia falta de sentido y hasta por cansancio y otras prioridades; también, y queda claro, porque hay niveles con los que uno se niega a lidiar. Y si alguien piensa que eso es una victoria suya, pues muy bien también, que lo celebre.
El cierre de Negros no fue coordinado con nadie, ni siquiera con Chiquita Mala; aunque es curiosa la confluencia tan puntual, que no por gusto se dan las afinidades. Básicamente, hay ciertas prioridades, y una negativa tajante a lidiar con la tontería y la vulgaridad. A los que nos quieren y nos creen, muchas gracias, y al resto allá ellos con sus vidas y sus preocupaciones. Ha sido muy rico existir aquí y entre todos, e hicimos muy buenas cosas; también fue mejor que Coppelia, más de 55 posts y ninguno repetido. A los malos, muchas gracias por su resentimiento, pues el seguimiento que nos dan también cuenta como voto, aunque sea a la mala.
Desde el principio, Negros puso una encuesta sobre la relevancia del tema étnico en el proceso de reconciliación nacional, pero el blog no se ajustó a su perfil, y quizás mi propio desinterés sea la mejor respuesta a esa encuesta. No lo afirmo, pero existo, luego dudo, pienso en modo amplio; y lo cierto es que ha sido una magnífica experiencia, que debemos reconocer en el espacio que se nos brindó tan generosamente.
Finalmente, me complace terminar con una cita grandiosa de quien firmara alguna vez como Tirofijo, y que me parece genial para terminar aquí. Era algo así como “los que amamos la verdad siempre perdemos”. Ja, ja.
