por Denis Fortún
Nada más verla, supe que iba a enfrentarme al tipo de pasajero que cualquier agente evita. De no estar conforme con la respuesta, o el auxilio que le brindes, lo primero que hace es leer tu nombre en el ID y después hacerle una carta a American Airlines asegurando que uno es responsable de todas sus desgracias a partir de que salió de su país de origen, aunque tú no estuvieses allí y mucho menos sepas lo que le ha ocurrido en todo el viaje. Desde luego, mostré mi mejor sonrisa, pensando que a la muy bruja no le habían llegado las maletas, como a tantos, lo que provoca en la mayoría una irritación enorme. Le pregunté muy cortésmente:
-How may I help you, madam?
Ella me contestó en portugués y con una actitud que dejaba claro su disgusto. “Señor, sepa usted que vengo de Sao Paulo y ahora mismo hay allí una gripe terrible, que está afectando a miles de personas. Veo que aquí, en el aeropuerto de Miami, no han tomado medidas de seguridad, muy necesarias sin duda, imprescindibles… y en esta área, además de tener el techo bajo, hay en estos momentos más de ochocientas personas prácticamente hacinadas, en medio de un terrible apiñamiento de equipajes, mientras el aire acondicionado no enfría lo suficiente. ¿Qué piensa usted de todo esto? ¿Con quién va usted a hablar ahora mismo para poner en marcha un plan de contención que evite el contagio? ¡Esto es terrible!”.
-Por supuesto que con mi mujer… ¡Toda su familia vive en Sao Paulo y ella no sabe nada! –le contesté riendo, con la certeza de que un simple empleado como yo no podía resolver una sola de sus exigencias. Acto seguido retrocedí lo más rápido que pude, prácticamente empujando a decenas de pasajeros desesperados por salir, siempre tapando mi ID con la mano izquierda para que nadie pudiese leer mi nombre, evitando contestar las innumerables quejas que a esa hora llueven, hasta que finalmente conseguí la puerta de la rampa. Allí me detuve a fumarme un tabaco, en espera que pasase el rush diario de los vuelos de la tarde.
De la serie Crónicas del Aeropuerto