
Porque mientras todo esto ocurre, continúan ahondándose las divisiones en el seno de la oposición interna, a imagen y semejanza de lo que ocurre en el exilio, o viceversa, en la blogosfera, o viceversa, en prácticamente cualquier lugar o espacio donde resida, o aterrice, más de un cubano. Ahondándose o reproduciéndose, pues probablemente las divisiones son consustanciales al ser nacional, parte indivisible de una nación donde prácticamente cada ciudadano posee la verdad absoluta. Donde prácticamente cada ciudadano daría la vida por imponerle su verdad a los demás.
En cualquier caso, ¿recibirá la orden Juanes de cambiar las camisas blancas por negras, en señal de luto, durante el concierto del próximo 20 de diciembre en La Habana?