google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Libertad para Sito

viernes, 11 de septiembre de 2009

Libertad para Sito

Hay una frase que no por manida deja de ser ejemplar, probablemente insustituible en su condición de referente: “No comparto tu opinión, pero daría la vida por defender tu derecho a expresarla” (Voltaire). Es esta la verdadera línea editorial de Cuba Inglesa: la apertura, la promoción de la pluralidad y/o la variedad, el respeto a la diferencia. Políticamente hablando, editorialmente, por encima de nuestras particulares opiniones, que tenemos algunas, siempre estará la defensa del derecho de los demás a expresarse, que es la manera más efectiva, creemos, de defender nuestra libertad, y la de todos.

Sabemos, estamos conscientes, de que más de uno nos ha dado la espalda –para decirlo rápido y mal- por esta costumbre terca de promover la tolerancia, el derecho que cada quien tiene a expresar sus opiniones sin ser coartado, coaccionado, censurado. Alguno ha pretendido manipular la percepción de los lectores, intentando hacer creer que somos de izquierda o de extrema derecha, republicanos u obamistas, rojos o azules, etcétera, simplemente porque publicamos artículos o notas de diversas, y en ocasiones encontradas, tendencias políticas. Otros han reaccionado con ira, y hasta nos han sacado de su blogroll, al sentirse aludidos en la sección de comentarios, que no se modera. Es comprensible, pero también hay que decir que ellos son en última instancia los perjudicados. “La tolerancia os hará libres”, la apertura mental. Quien no es capaz de asimilar la crítica y crecer a partir de ella, por muy virulenta que ésta sea -por muy despreciable que ésta sea-, es un ser humano expuesto. Lo que no mata, alimenta. Al menos la inmensa mayoría de las veces.

Quien, o quienes, hoy quieren amordazar a José Luis Sito, mañana pueden querer amordazar a todo aquel que piense diferente o, simplemente, no responda a su estética. Nadie está en capacidad de establecer juicios de valor definitivos, o inmutables, sobre nadie. Ni verdugos ni carceleros. Lo fundamental no es quién es Sito, aunque en circunstancias excepcionales eso pueda ser importante, sino el derecho que tiene Sito, que tenemos todos, a expresarnos libremente. Lo fundamental no es si Sito responde a determinada estética, discurso o dinámica, por muy razonable que parezca o muy de moda que esté, sino el derecho que tiene Sito, que tenemos todos, a expresarnos libremente. En ocasiones hemos sido críticos con Sito, lo hemos criticado directamente. La vehemencia discursiva de Sito puede resultar opresiva para algunos. Pero la solución no puede ser la censura. La solución debe ser la alternativa.

Ahora mismo, Sito puede ser un pretexto para aclarar un par de cosas. Que nadie se engañe: por muy poca importancia que tenga, o pueda tener, un blog, no deja de ser un espacio de confluencia donde se reflejan las actitudes, personalidades y creencias de sus visitantes y comentaristas, personas de carne y hueso con familia, casa, lugar de residencia y nacimiento, es decir, seres humanos inmersos en una realidad concreta, tal vez vecinos nuestros. Creemos que atacar continuamente en lo personal, buscando una y otra vez silenciar a quien expresa sus criterios, es una forma de ejercer la represión y la intolerancia. Es una forma de reproducir el castrismo.

Libertad para Sito.

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