
Recomendamos particularmente esta última serie (clic aquí), en la que Willy consigue atrapar la esencia, o la principal seña de identidad, de este último siglo de castrismo: La destrucción. Los fantasmas “revolucionarios” pululan a lo largo y ancho de una ciudad en ruinas. Una ciudad que ha terminado convirtiéndose, a su vez, en el fantasma mayor.
La imagen a la derecha pertenece a la serie, pero recomendamos entrar a Cubaleah para verla completa. Gracias Willy.