viernes, 25 de diciembre de 2009
La que tiene una falda de piedra verde
La que tiene una falda de piedra verde es una obra de arte-acción que evolucionó en tres versiones. La I fue presentada en Buenos Aires en la primavera del 2007 (ver video). La II en Quito, septiembre del 2009, y la III ocurrió en Barcelona, noviembre de 2009, bajo el título de Athatriel (ver fotos). La política es el arte de lo que se ve y de lo que no se ve. La camiseta con la imagen del Che de Korda sirvió de cortina o falda para disimular la transgresiva acción de orinar ante los espectadores. Se contrapesan las figuras del Che y de Tania la Guerrillera.
Línea de trabajo
Inspirado en la performance de los hechiceros tribales y refiriéndome a fuentes antropológicas, la experiencia interior del chamán alcanza su culminación y su entero significado sólo como parte de una representación pública (Piers Vitebsky. Los Chamanes).
La gestualidad de mi obra se fundamenta en un registro relacionado a ritos e iniciaciones, denominados por los semiólogos como “acciones asignificantes”. Como señala Jorge Glusber en El arte de la performance, una semiótica gestual que tomase en cuenta este tipo de acciones estaría cerca de comprender los orígenes de la experiencia mística, y a un paso también de la experiencia artística (en este último caso, la del performer especialmente).
Por definición propia hablo de “comportamientos que revelan actitudes espirituales, que despiertan conciencia”, donde lo mágico-mitológico se hilvana con la sexualidad y con lo político.
La verdad de mis acciones es “metafísica”, tomando como foco central las energías liberadas, energías en cuanto a fuerzas generadas por los comportamientos (conjunto de todos los gestos y actitudes observadas a partir del cuerpo, en este caso durante una “situación de espiritualidad profunda”). Se redefinen, además, algunos elementos periféricos del rito autóctono americano, con el propósito de brindarle nuevas aristas de significación.
Performance Athatriel
No sólo se pone en crisis al público quebrando sus expectativas siempre referidas a su propia realidad corporal, sino que además se le induce a un extrañamiento dado en el campo de su imaginario político-ideológico, re-significando simbologías (los símbolos para mantenerse vivos también necesitan de sacrificios y sangre), en este caso de la izquierda, en un rito oficiado por un medium que ha vivido la Experiencia del Socialismo Real practicado en un lugar del mundo donde la realidad es, según Alejo Carpentier, “percibida con particular intensidad en virtud de una exaltación del espíritu que lo conduce a un modo de estado límite” (lo real-maravilloso americano).
Se entrelazan en cándida promiscuidad el sacerdocio de la sabiduría Maya mediante plegarias curativas (Ritual de los Bacabes), el Che, la anarquía esotérica y Tania la Guerrillera (el raramente poco explotado lado femenino de la izquierda, dominada por una simbología de machos).
Fotos cortesía de Pep Herrero
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