La pretensión que un revólver
haga reír a la sangre
le está costando al Nautilus
ahogarse en mi bañadera
(ya le dieron la noticia al pensador de Rodin;
el pobre, sigue ocupado por no encontrar la respuesta).
El pájaro no regresa
con la arena prometida;
está encaneciendo el pubis del aya de la francesa.
¿Y los zapatos?
¡Oh loca! Se van transformando en balsas
y las balsas se hacen peces
que pretenden las maniobras de un caballito de mar
ausente de mi montura;
la mariposa ha mentido, tu vida se hizo pecera.
Los fantasmas nos anuncian
que se ha matado la muerte
va
cayendo
el
halcón
negro
y una inválida
paloma
en Somalia
venden balas,
cuatro pesos la docena.
A tanta caída larga
sobra pavimento roto;
pero hay desplomes hacia arriba
y la gravedad no protesta.
Perdón
del tiempo se trata
la pretensión presupone
el acto pide estrategias.