google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: La resistencia cubana y sus responsabilidades

sábado, 3 de abril de 2010

La resistencia cubana y sus responsabilidades

por José Luis Sito

De las declaraciones hechas en una entrevista reciente por Lech Walesa, hay que destacar lo siguiente: “Lo único que el mundo libre puede hacer es apoyar la transición; no puede reemplazar a los cubanos en su responsabilidad. Esto quiere decir que no me gusta demasiado el trabajo que los cubanos están haciendo”.

Lech Walesa es uno de los principales responsables del fin de las dictaduras comunistas en Europa del Este. Lo menos que podemos hacer es escucharlo, sobre todo cuando la dictadura cubana sigue en pie, veinte años después de la caída del Imperio soviético.

La advertencia del ex-dirigente de Solidarnosc a todos los resistentes cubanos es clara: El mundo os apoya y os apoyará, pero la salvación no vendrá de afuera, el pueblo cubano tendrá que liberarse él mismo del yugo castrista.

Tres condiciones no están todavía reunidas para responder al compromiso que incumbe a la resistencia cubana:

El problema es cubano

Las organizaciones disidentes de la isla deben, antes que nada, aumentar y fortalecer las fuerzas internas de resistencia sin estar constantemente preocupadas por la opinión pública internacional, los gobiernos extranjeros o sus embajadas. El problema cubano debe ser resuelto internamente. Ponerse en manos de sectores internacionales es además problemático, ya que los intereses nacionales no coinciden o difieren mucho de esos sectores.

La cohesión de todas las fuerzas opositoras es imprescindible para resaltar esa lucha nacional por la libertad de Cuba. Por lo tanto, la unión de todas las organizaciones se impone imperativamente.

Un proyecto ambicioso, una alternativa

Esta unión debe crear un proyecto para el país, una plataforma conjunta donde aparezca claramente una alternativa al caos y a la ruina actual. Un proyecto visible y factible que puedan abrazar todos los cubanos y todos los que dentro del régimen están esperando una ocasión de separarse de él.

La carta “Yo acuso al gobierno cubano” (una iniciativa magnífica después del asesinato de Zapata Tamayo) ha sido firmada por decenas de miles de personas. Es la prueba contundente de que muchísimos hombres y mujeres están dispuestos a sumarse a la causa de la libertad de Cuba. Somos más numerosos que los castristas, dentro y fuera de Cuba. Pero el pueblo cubano tiene que tener a su disposición una alternativa visible, una oportunidad clara de cambio real y concreto. Es a partir de esta disyuntiva que la sociedad civil se pondrá en movimiento y comenzará a salir de su inercia y letargo.

Las Damas de Blanco serán apoyadas por el pueblo en las calles cuando éste sepa que tiene a su alcance otro proyecto de sociedad, escrito, concreto, originado por dirigentes de la oposición. En cuanto a los reformistas dentro del régimen, tendrán a su disposición un documento y otra vía realmente posible.

Ceder por miedo a la violencia

No se puede seguir pensando que es mejor ceder, porque de lo contrario la dictadura desataría la violencia. Los organizadores y dirigentes de la resistencia tienen que abandonar el miedo al caos o a la guerra civil. El pueblo cubano puede ser llevado por el camino de la manifestación y de la protesta pública sin que por ello surjan baños de sangre. Al contrario, cuando las fuerzas del pueblo son canalizadas y organizadas pacíficamente, se evitan los asaltos violentos y los maleconazos sin salida.

La violencia surgirá de la dictadura, pero esta violencia ya se ha desatado durante 50 años sobre todos y todas las cosas. Es, precisamente, para acabar definitivamente con ella que se impone llevar al pueblo por la vía de la manifestación. El pueblo cubano tiene que manifestar su deseo de vivir libre y tiene que manifestarse, es decir, revelarse al mundo, aparecer a la vista de todos. Hay que volver al pueblo de Cuba visible y darle la palabra que la dictadura cubana le ha usurpado.

No tiene sentido estar esperando cambios o estar aguantando más tiempo una dictadura que indiscutiblemente fracasó y arruinó todo el país. Tampoco lo tiene estar esperando alguna ilusoria agenda internacional. El problema es cubano y la responsabilidad corresponde a toda la resistencia cubana.

Hay que resolver ciertos puntos esenciales.

Meloni: ¿Oportunista o fanática?

  Carlos Alberto Montaner En los años 1959, 60 y 61 se referían en Cuba a los “melones políticos” como alguien que era verde por fuera y roj...