google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Cuestión de intereses (I)

sábado, 5 de junio de 2010

Cuestión de intereses (I)

por L. Santiago Méndez Alpízar

Habrá antes que realizar dos salvedades muy elementales: el gobierno (los políticos) de Israel no son los Judíos. No todos los que viven en Palestina son terroristas.

Aclaradas las de Perogrullo, se impone un recorrido, una somera vista al mapa de Palestina en el año en que Occidente decide la reubicación y nueva creación del país de los Judíos, antes por suficientes siglos desaparecido, como tantos otros (ah, los Hititas).

Vista hace fe: una imagen (a la derecha), cuando es cierta, vale más que todas las palabras. De los cuatro ejemplos, por supuesto que ya ninguno es. Ahora el mapa, al que los palestinos llaman la piel del leopardo, es más escaso, disgregado. Ya fuere por botín de guerra --guerras llamadas divinas—, asentamientos... el ejército y los colonos judíos han ido continuamente ocupando territorios y hasta construido muros ingentes, bloqueando la entrada por mar a la zona de la franja de Gaza, curioso experimento al que, reitero, el Mundo acude imperturbable.

Los cubanos sabemos de soberbia un rato. Tenemos en nuestras cabecitas ejemplos suficientes y hasta para regalar. De ser cierto el dialogo Hatuey & conquistadores, nuestra historia más conocida guardaría, como simiente, un primer ejemplo de cabezonería y orgullo. Y por su puesto Hatuey era el que avisaba, venía de fuera... Hemos sido --le duela a quien le duela— un país independiente ante el más poderoso en más de una ocasión. Realizando decisiva participación en conflictos a días de navegación, y hasta resultar, como mínimo, invictos el país y su gloria.

Por cabezón y vanidoso, el más admirado de todos los hombres cubanos, José Martí, cayó a la primera en Dos Ríos, sin necesidad alguna... repleto de valor, como un Poeta.

Más reciente, también sufrimos la ira, el desnorte brutal de la maquinaria de poder, incapaz, indolente, muchas veces cruel: cuando tres avionetas salieron de Opa Locka y volaron sobre aguas territoriales cubanas --según versión de Cuba—, aunque no esté muy claro el asunto. Y unos aviones de combate del ejército cubano cumplimentaron las órdenes, no sé qué gloria buscó el que los mandara, batieron a dos de las aeronaves civiles matando, por supuesto, a los tripulantes, que intentaban hacer llegar octavillas, panfletos en territorio cubano.

No hace mucho vimos a las turbas presionar, vapulear, gozar con su odio a unas mujeres que, poco más que decir, caminan ordenadas y dispuestas por determinadas calles habaneras. ¿Habrá que recordar el hundimiento del remolcador 13 de Marzo? Es costumbre leer, seguir lo juicios donde el acusado --de lo que se les ocurra— es conducido a prisión con condenas que rebasan cualquier tipo de supuesta humanidad revolucionaria, cadenas casi perpetuas en determinados casos igualmente.

Pero no es solamente cuestión nuestra, entre cubanos. Si fuere así, no fuera nada.

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