España fue superior esta tarde a Portugal (1-0), cuyo astro, Cristiano Ronaldo, apenas pudo recibir un par de pelotas en condiciones, más solo arriba que una coca cola en el desierto. Que una coca cola cubierta de arena. El delantero del Real Madrid, para colmo, fue abiertamente discriminado por un árbitro que perdonó todas las faltas que le cometieron los españoles, y que no fueron pocas.
Ahora la “furia roja” enfrenta a Paraguay, en el cruce más asequible para un favorito en cuartos de final (nadie debe pensar que Ghana va a dejarse machacar por los uruguayos). Esta España tiene prácticamente un pie en semifinales, salvo que ocurra una catástrofe de proporciones bíblicas. Impresionante David Villa en un Mundial que parece hecho a su medida.
Por cierto, ¿qué fue de las estrellas de Nike? Ninguna ha sobrevivido en este Mundial: