El escritor y periodista Armando de Armas ha tenido la gentileza de entrevistarnos a propósito de la aparición de Erótica. La novela, por cierto, ya está a la venta en la librería Universal (3090 SW, 8 Street, Miami), además de virtualmente. Cuba Inglesa reproducirá la entrevista en dos partes, cortesía de Martí Noticias:
Armando de Armas. -¿Con Erótica estamos ante la novela de Internet?
Armando Añel. -Tal vez, aunque me extrañaría que no hubiese precedentes en la literatura anglosajona, que en estas cosas suele ir un paso por delante. De cualquier modo, se ha hablado de “novela-blog”, como acuñara el escritor Luis de la Paz, o “blogonovela”, término manejado por el editor de uno de los blogs que conforman la trama del libro: Nuevo Songo del Norte.
Por otro lado, creo que Erótica va más allá, temática y conceptualmente, del vector que es Internet. Pero evidentemente el ciberespacio, donde finalmente se realiza el Hecho Thamacun, es protagónico. El Hecho, que constituye una suerte de leitmotiv creativo en Erótica, es también retroalimentación virtual, y encuentra acomodo en la realidad personal de cada cronista, escritor o internauta.
¿Pudiera la Internet representar un cambio respecto al modo de hacer literatura, en el estilo tal vez?
Creo que sí. Internet, incluso, representa un cambio respecto al modo de hacer en casi todos los órdenes, más allá de la literatura. Internet representa, por ejemplo, un cambio respecto al modo de hacer política, de hacer amigos, de hacer negocios... Y en Internet no sólo se puede hacer literatura, sino que se puede Ser literatura.
Probablemente se ha subestimado el papel de Internet, y específicamente de la blogosfera, en el plano literario. Algunos buenos escritores rechazan la blogosfera como herramienta o trampolín creativo, pero sospecho que ello está más relacionado con su impericia a la hora de asimilarla, o integrarla, que con una visión objetiva del asunto.
¿Es Erótica una novela erótica propiamente dicha?
Lo es más como concepto que como anécdota. El concepto de “hedonismo práctico” manejado por los protagonistas de la novela tiene más que ver con el placer de vivir, de relacionarnos con las cosas y las ideas, que con el comercio carnal propiamente, aunque éste esté incluido. Lo carnal forma parte de la ecuación erótica de Erótica, pero como elemento añadido. El llamado “Himeneo de la Refundación”, por ejemplo, redefine el acto sexual espiritualmente hablando. “El amor es un recibimiento”, afirma uno de los personajes. Por ahí van los tiros.
El escritor Ignacio Granados, que ha reseñado magníficamente la novela, habla de “la dramática sutileza de la legislación propia de Erótica, que explica su sentido liberador y hedónico; la importancia de la Rivadavia, el erotismo de la carne del salmón, decretos sobre la desmitificación de la corbata y su uso, el comer el pollo con la mano y luego chuparse los dedos, y otros aún”.
¿Es Erótica un manifiesto antinacionalista novelado?
Esa es una inteligente definición, y la novela es antinacionalista en un sentido constructivo, desmitificador. Pero no antinacionalista únicamente, ni antinacionalista per se. “El nacionalismo puede mutar para bien”, se afirma en un pasaje del libro.
Armando de Armas. -¿Con Erótica estamos ante la novela de Internet?
Armando Añel. -Tal vez, aunque me extrañaría que no hubiese precedentes en la literatura anglosajona, que en estas cosas suele ir un paso por delante. De cualquier modo, se ha hablado de “novela-blog”, como acuñara el escritor Luis de la Paz, o “blogonovela”, término manejado por el editor de uno de los blogs que conforman la trama del libro: Nuevo Songo del Norte.
Por otro lado, creo que Erótica va más allá, temática y conceptualmente, del vector que es Internet. Pero evidentemente el ciberespacio, donde finalmente se realiza el Hecho Thamacun, es protagónico. El Hecho, que constituye una suerte de leitmotiv creativo en Erótica, es también retroalimentación virtual, y encuentra acomodo en la realidad personal de cada cronista, escritor o internauta.
¿Pudiera la Internet representar un cambio respecto al modo de hacer literatura, en el estilo tal vez?
Creo que sí. Internet, incluso, representa un cambio respecto al modo de hacer en casi todos los órdenes, más allá de la literatura. Internet representa, por ejemplo, un cambio respecto al modo de hacer política, de hacer amigos, de hacer negocios... Y en Internet no sólo se puede hacer literatura, sino que se puede Ser literatura.
Probablemente se ha subestimado el papel de Internet, y específicamente de la blogosfera, en el plano literario. Algunos buenos escritores rechazan la blogosfera como herramienta o trampolín creativo, pero sospecho que ello está más relacionado con su impericia a la hora de asimilarla, o integrarla, que con una visión objetiva del asunto.
¿Es Erótica una novela erótica propiamente dicha?
Lo es más como concepto que como anécdota. El concepto de “hedonismo práctico” manejado por los protagonistas de la novela tiene más que ver con el placer de vivir, de relacionarnos con las cosas y las ideas, que con el comercio carnal propiamente, aunque éste esté incluido. Lo carnal forma parte de la ecuación erótica de Erótica, pero como elemento añadido. El llamado “Himeneo de la Refundación”, por ejemplo, redefine el acto sexual espiritualmente hablando. “El amor es un recibimiento”, afirma uno de los personajes. Por ahí van los tiros.
El escritor Ignacio Granados, que ha reseñado magníficamente la novela, habla de “la dramática sutileza de la legislación propia de Erótica, que explica su sentido liberador y hedónico; la importancia de la Rivadavia, el erotismo de la carne del salmón, decretos sobre la desmitificación de la corbata y su uso, el comer el pollo con la mano y luego chuparse los dedos, y otros aún”.
¿Es Erótica un manifiesto antinacionalista novelado?
Esa es una inteligente definición, y la novela es antinacionalista en un sentido constructivo, desmitificador. Pero no antinacionalista únicamente, ni antinacionalista per se. “El nacionalismo puede mutar para bien”, se afirma en un pasaje del libro.