El Palacio de los Jugos, un negocio que ha crecido mucho en los últimos dos años en Miami, gracias a sus sabrosos tamales y chicharrones de puerco, ha sido centro de la atención de los aparatos de inteligencia de varios países, entre los que se encuentran Rusia, Venezuela, Estados Unidos y Cuba. Vaya a la hora de almuerzo y notará conversaciones muy raras. Un hombre blanco y rubio con acento pidiendo que no le pongan hielo a su guarapo. Otro hombre, evidentemente caribeño por su desfachatez, pidiendo casquitos de guayaba con queso. También está el americano que llega vestido de trabajador de Correos (fácil manera de pasar desapercibido) y pide una completa y, en vez de jugo, ordena coca cola de dieta.
Cosas muy sospechosas suceden en este supuesto palacio. Fíjense que originalmente había uno solo, en Flagler y la 57, y ahora se han expandido hacia los suburbios en busca de nueva clientela, pero también para despistar mejor. Algo muy raro ocurre en este Palacio de los Juegos. Todo el que va allí gana.
FBI Agent aquí
Cosas muy sospechosas suceden en este supuesto palacio. Fíjense que originalmente había uno solo, en Flagler y la 57, y ahora se han expandido hacia los suburbios en busca de nueva clientela, pero también para despistar mejor. Algo muy raro ocurre en este Palacio de los Juegos. Todo el que va allí gana.
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