google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Holanda o la justicia poética

martes, 6 de julio de 2010

Holanda o la justicia poética

Se hizo justicia. Uruguay dejó el Mundial de Sudáfrica tras arribar injustamente a semifinales, gracias a la intervención de la mano de un atacante convertido en defensor, en un juego donde, teóricamente, dentro del campo sólo puede usar las manos el portero. Teóricamente, porque en la práctica, gracias a la fisuras de un reglamento inconstante, el equipo que debía estar no estuvo (Ghana), y el que no debía estar acaba de perder (Uruguay).

Esto no debe tener que ver con solidaridades de postalita, regionalismos obtusos o afinidades culturales: debe tener que ver con la justicia y el juego limpio. Si no vale con la mano, no vale. No se puede aplaudir la trampa, la picardía ladrona que, entre otros factores relacionados, mantiene subdesarrollada a Latinoamérica. El gol ghanés entraba en el minuto 120 –exactamente en el último segundo del último minuto—, así que de nada valió a los efectos del resultado final expulsar al infractor –ya el partido había terminado de facto— y decretar penalti. Con un reglamento que mereciera ese nombre el gol debió haber sido concedido sin más. Cruzaba la raya de portería cuando una mano, que no la del portero, lo echó fuera. Y un penalti lo falla hasta Dios.

Se hizo justicia también porque este martes Holanda superó a Uruguay en todos los sectores del campo (3-2), sobre todo en la segunda parte, donde los sudamericanos fueron ajusticiados sin contemplaciones. Incluso, los tulipanes se las arreglaron para fallar un par de goles cantados. Robben, que había anotado con un cabezazo de antología minutos antes, quiso hacerla de lujo y desperdició el cuarto gol naranja.

Y se puede hacer justicia este domingo con una Holanda que ha liderado el fútbol creativo durante mucho tiempo, sin haber alcanzado nunca el trofeo mundial. Le espera España, o Alemania, en la final. Va a ser divertido.

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