Recientemente, una persona a quien estimamos mucho mi esposa y yo declinó tomarse una foto para Cuba Inglesa. Temía ella --y debo decir que a su “parche” no le faltaba herida-- ser objeto de ataques personales en este blog, por parte de comentaristas anónimos más interesados en sabotear que en debatir. El episodio introdujo reflexiones adicionales en torno al fenómeno del blog abierto y a nuestra disposición de mantenerlo sin moderar.
Como la mayoría de nuestros lectores conoce, no intervenimos en la sección de comentarios de Cuba Inglesa no sólo porque no nos alcanza el tiempo para moderar las decenas de réplicas que suelen acompañar los posts, sino porque estamos convencidos de que, en este apartado concreto, toda labor de moderación implica ejercer labores de juez y parte (y me refiero, sobre todo, a los numerosos comentarios cuya naturaleza ambigua, a medio camino en la crítica legítima y la ofensa personal o el intento de sabotaje, dificultan en extremo la toma de decisiones objetivas). Y no somos jueces ni podemos ser parte, so pena de acabar censurando sin ton ni son. Pero tras presenciar el episodio arriba mencionado –y otro adicional si se quiere más grave, y del que preferimos no dar detalles—, hemos decidido habilitar una variable que tal vez funcione para combatir ciertas trollerías, aquellas directamente ofensivas y que identifican claramente a sus víctimas.
A partir de ahora, aquellas personas directamente ofendidas en la sección de comentarios de Cuba Inglesa pueden escribirnos al email letrademolde@gmail.com solicitando que el comentario ofensivo sea borrado. Si la persona resulta claramente aludida en dicho comentario, y si nos escribe de manera absolutamente identificable, procederemos a eliminar el comentario, o los comentarios, en cuestión. Por ejemplo, “Jorge Luis” es un nombre común, que puede pertenecer a millones de personas. Pero el “Jorge Luis” autor de Historia universal de la infamia ya es otra cosa. Y Jorge Luis Borges también. Por supuesto, no hablamos aquí de críticas y objeciones, sino de ataques personales centrados claramente en ofender por ofender, en propagar calumnias y disparates manipuladores. De esta manera, quedará claro que la decisión de suprimir el comentario ofensivo ha sido legítimamente tomada por la víctima del mismo, no por los editores de este blog.
Por otro lado, a los propios editores, Armando Añel y su esposa, pueden continuar atacándonos “sin piedad”. No nos incluimos en esta nueva variable. Y no sólo porque no queremos convertirnos en juez y parte, como ya indiqué arriba, sino porque nos resbalan olímpicamente las histerias y ataquitos trolleros, cuando no nos divierten. Si los troles supieran cómo nos han hecho reír en numerosas ocasiones, literalmente los ataques de risa que nos han provocado con sus desesperados intentos de torcer el curso natural de este blog, seguramente “callarían para siempre”. Pero entendemos que no todo el mundo tiene la misma disposición y talante. Cada ser humano es un universo en sí mismo. Y eso es respetable.
Por supuesto, nada de emails desconocidos ni nombres salidos de la nada. No se aceptarán subterfugios ni intentos colegiales de enredar la pita. Como quien dice, en este pueblo, y en este exilio, todos nos conocemos. Las solicitudes para que sean borrados los comentarios ofensivos tienen que ser fácilmente identificables y no dejar lugar a dudas sobre su autoría. A los troles que persistan en sus tonterías los dejaremos arando en el mar.
Por último, la sección de comentarios incluirá próximamente una nota de aviso en su columna superior derecha, indicando los pormenores de esta nueva prestación. Gracias por su paciencia.
Como la mayoría de nuestros lectores conoce, no intervenimos en la sección de comentarios de Cuba Inglesa no sólo porque no nos alcanza el tiempo para moderar las decenas de réplicas que suelen acompañar los posts, sino porque estamos convencidos de que, en este apartado concreto, toda labor de moderación implica ejercer labores de juez y parte (y me refiero, sobre todo, a los numerosos comentarios cuya naturaleza ambigua, a medio camino en la crítica legítima y la ofensa personal o el intento de sabotaje, dificultan en extremo la toma de decisiones objetivas). Y no somos jueces ni podemos ser parte, so pena de acabar censurando sin ton ni son. Pero tras presenciar el episodio arriba mencionado –y otro adicional si se quiere más grave, y del que preferimos no dar detalles—, hemos decidido habilitar una variable que tal vez funcione para combatir ciertas trollerías, aquellas directamente ofensivas y que identifican claramente a sus víctimas.
A partir de ahora, aquellas personas directamente ofendidas en la sección de comentarios de Cuba Inglesa pueden escribirnos al email letrademolde@gmail.com solicitando que el comentario ofensivo sea borrado. Si la persona resulta claramente aludida en dicho comentario, y si nos escribe de manera absolutamente identificable, procederemos a eliminar el comentario, o los comentarios, en cuestión. Por ejemplo, “Jorge Luis” es un nombre común, que puede pertenecer a millones de personas. Pero el “Jorge Luis” autor de Historia universal de la infamia ya es otra cosa. Y Jorge Luis Borges también. Por supuesto, no hablamos aquí de críticas y objeciones, sino de ataques personales centrados claramente en ofender por ofender, en propagar calumnias y disparates manipuladores. De esta manera, quedará claro que la decisión de suprimir el comentario ofensivo ha sido legítimamente tomada por la víctima del mismo, no por los editores de este blog.
Por otro lado, a los propios editores, Armando Añel y su esposa, pueden continuar atacándonos “sin piedad”. No nos incluimos en esta nueva variable. Y no sólo porque no queremos convertirnos en juez y parte, como ya indiqué arriba, sino porque nos resbalan olímpicamente las histerias y ataquitos trolleros, cuando no nos divierten. Si los troles supieran cómo nos han hecho reír en numerosas ocasiones, literalmente los ataques de risa que nos han provocado con sus desesperados intentos de torcer el curso natural de este blog, seguramente “callarían para siempre”. Pero entendemos que no todo el mundo tiene la misma disposición y talante. Cada ser humano es un universo en sí mismo. Y eso es respetable.
Por supuesto, nada de emails desconocidos ni nombres salidos de la nada. No se aceptarán subterfugios ni intentos colegiales de enredar la pita. Como quien dice, en este pueblo, y en este exilio, todos nos conocemos. Las solicitudes para que sean borrados los comentarios ofensivos tienen que ser fácilmente identificables y no dejar lugar a dudas sobre su autoría. A los troles que persistan en sus tonterías los dejaremos arando en el mar.
Por último, la sección de comentarios incluirá próximamente una nota de aviso en su columna superior derecha, indicando los pormenores de esta nueva prestación. Gracias por su paciencia.